El 8 de diciembre de 1987, ocurrió un lamentable hecho que marcaría la historia de Alianza Lima. En aquel día, el plantel iba de regreso a su ciudad luego de vencer a Deportivo Pucallpa y desgraciadamente, el avión Fokker que los transportaba cayó al mar y fallecieron un total de 43 personas, donde 16 de ellos eran futbolistas.
Ante esta trágica situación, Colo Colo se puso la mano en el corazón y fiel a los valores de Arellano, tomó cartas en el asunto de manera desinteresada: envió a préstamo a cuatro de sus promesas para reforzar a un golpeado elenco blanquiazul, lo que daría inicio a la hermosa hermandad entre ambas instituciones.
En la previa del duelo que enfrentará a ambas escuadras, DaleAlbo entrevistó a dos de los jóvenes cargados de ilusiones que fueron a salvar al cuadro peruano: Parcko Quiroz y Francisco Huerta, quienes recordaron lo que fue su llegada, el hermoso recibimiento del pueblo peruano en general y el hecho de poner por encima el hermoso gesto por sobre ser parte del plantel que conquistó la Copa Libertadores del 1991.
Los responsables de la linda hermandad entre Colo Colo y Alianza Lima
En primera instancia, Quiroz rememoró lo que fue este gesto y sostuvo que “hace 37 años atrás éramos jóvenes, lo único que pensábamos era en querer jugar, pero después con el paso del tiempo no nos acordamos cómo nos fue deportivamente, pero la huella que ha dejado esto, hoy lo estamos viendo y la dimensión no tiene límites, va creciendo mucho más”.
En ese sentido, explicó cómo fue la decisión y afirmó que “ya era muy difícil llegar a Colo Colo y salir del país fue muy difícil. Pero nos protegimos entre nosotros. Nos costó, no entrar al equipo, sino que lo familiar, echar de menos, acostumbrarse a vivir solos. A nosotros no nos eligieron, nosotros lo decidimos. Hubo una noticia de que había habido el accidente de Alianza, Arturo Salah nos reúne en la cancha y ofrece la posibilidad, y nosotros decidimos ir a Alianza”.
Posteriormente, Huerta indicó que “yo tenía 20 años y la mayoría 21. Ellos viajaron antes y yo tuve que hacer todo el proceso de autorización notarial de mis padres y no pude viajar con ellos. Tuve que esperar que mi papá me autorizara. Pasar de una etapa de juveniles, donde estás lleno de sueños y esperanzas, a jugar al lado de Teofilo Cubillas, César Coeto, José Velásquez, Roberto Rojas, era un sueño que no lo dimensionas. Recién me doy cuenta de lo que pasó. Espero que esto siga creciendo y sigamos compartiendo muchísimos años más”.
Acerca de la conversación con sus padres, manifestó que “fue difícil, pasamos la navidad muy tristes. Son sentimientos encontrados, porque está la posibilidad de jugar profesionalmente, pero fuera del país. Entonces fue difícil. Uno está acostumbrado a que la mamá te sirva el desayuno o que llegue con un tecito caliente cuando estás enfermo, y allá teníamos que arreglarnoslas sólos, a cuidarnos entre nosotros, vivíamos los cuatro juntos y nos cuidábamos la espalda”.
¿Cómo fue su llegada a Alianza Lima?
Consultado sobre cómo fue el arribo a Alianza, Quiroz aseguró que “cuando a nosotros nos eligen, no jugábamos, no teníamos mucha oportunidad en Colo Colo. Para nosotros fue una oportunidad para salir y jugar, porque el futbolista a esa edad lo único que quiere es jugar. Llegando allá fue una recepción muy buena, de los dirigentes, de los hinchas, de la gente de Perú. Llegar al camarín fue todo bien, ni un problema nunca a pesar de las diferencias que tienen con Chile, fue maravilloso llegar allá. Esa recepción fue buenísima. Por eso no nos costó mucho afiatarnos al equipo”.
Por su parte, Huerta relató que “el dato curioso es que cuando llegamos, yo no tenía experiencia en Colo Colo. Cuando llego, me recibe Teófilo Cubillas y el Cholo Castillo, me metieron a un camarín, conversaron conmigo y me preguntaron si ya había debutado y les dije que no. El futbolista es muy vivaz y yo percibí las miradas de ellos, donde había un gesto de que ‘bueno, ya está acá, agradecemos el gesto de Colo Colo y lo vamos a considerar cuando podamos’”.
“Fuimos a un partido de práctica, quedé en el equipo B, y lo hice bien y a la práctica siguiente me vuelven a llamar y me dicen ‘¿estás seguro de que no has debutado en el primer equipo?’, no, les dije, y me dicen ‘bueno, el sábado lo vas a hacer’. Y en la práctica pasé al equipo A y el sábado 3 de enero del 88’ estaba debutando. A partir de ahí se fue tejiendo todo esto, las cosas salieron bien, ganamos la liguilla, jugamos la final y la perdimos con la U por 1 a 0. Me recibieron súper bien y hasta ahora el cariño que nos tienen sigue latente”, añadió.
¿Cambian el hecho de ir a Alianza Lima por sobre ganar la Copa Libertadores con Colo Colo?
Dichos cuatro futbolistas pudieron ser parte del plantel que tocó el cielo y conquistó la Copa Libertadores del 1991, pero la vida les tendría preparado otro destino y emprendieron rumbo para defender los colores del cuadro peruano. Para Huerta, no pudo haber tomado mejor decisión y es claro en señalar que no se arrepiente un sólo segundo.
“Ir a Alianza fue la mejor decisión de mi vida, porque ir a Alianza es como ganar la Copa Libertadores. Cada vez que voy a Lima es como si hubiese ganado la Copa Libertadores. Colo Colo celebra una vez al año la Copa, nosotros lo hacemos cada vez que estamos en Perú”, comentó.
Para finalizar, abordó la emoción que sienten los hinchas de ambos clubes por el gesto y señaló que “realmente siento que el colocolino no lo siente tanto como los de Alianza, porque están como más por fuera, no siente que murió un familiar. Ojalá nunca pase esto, pero si me dicen volver a jugar a Alianza, vuelvo gratis a jugar, como la primera vez, porque las experiencias tanto humanas como futbolistas fueron maravillosas. Eso es impagable”.
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