Si cuando se gana todo está bien, cuando se pierde, todo lo contrario, se exteriorizan molestias, se distancian posiciones y el grupo sufre.
Todo eso estaba pasando en Colo Colo tras el mal arranque de año con dos derrotas en tres partidos y el enojo que mostraron algunos jugadores con el “castigo” que impuso Labruna tras la derrota en Iquique.
El técnico ordenó entrenamiento el domingo, descartando el día libre habitual tras los partidos y además el lunes se trabajó en doble jornada, cosas que no cayeron bien en el plantel.
Precisamente ayer tras la filtración a la prensa de esta molestia, Labruna conversó con el plantel y se dijeron las cosas de frente. Se aclaró el tema del “castigo” y el grupo se comprometió a obtener los próximos nueve puntos que se juegan en Santiago ante Wanderers, Palestino y Antofagasta.
Además hubo autocrítica, sobre todo en la parte defensiva y en el finiquito. Se le pidió más compromiso de marca a los volantes y punteros, mientras que al goleador Carlos Muñoz, sólo le piden tranquilidad a la hora de definir.