Uno podría pensar que fue un buen partido dentro de todo para Rafael Caroca: convirtió, el equipo hizo cinco goles, enfrentó a su hermano, también marcó pero finalmente, se empató.
“No me gusta empatar, me gusta ganar”, se limitó a decir con un dejo de molestia en zona mixta.
Además, y para cerrar reconoció que “fue especial porque jugué contra mi hermano, pero quería ganar”.