No todo fue felicidad para Felipe Flores ayer tras el clásico. Después del partido, se dirigió a su hogar, ubicado en la comuna de Quilicura, para celebrar en familia. Pero se encontró con una ingrata sorpresa.
Delincuentes, a sabiendas de que era la morada del ariete, lanzaron piedras al interior quebrando un par de ventanas y el parabrisas del auto de su hermana.
“Es lamentable, pero de inmediato tomé las medidas de seguridad para que esto no se repita. Afortunadamente no pasó a mayores”, relató el ariete a CDF Noticias.
Foto: Agencia UNO