Brayan Cortés: No tuvo tanto trabajo salvo un par de zapatazos que controló bien, menos uno que se le arrancó al córner.
Óscar Opazo: Tuvo un primer tiempo bajo, si mandarse en funciones ofensivas y descuidó a Chéster Cortés en la jugada que no fue el 0-2 de milagro cuando dio en el palo. Ya en el segundo tiempo controló mejor el sector y pasó algunas veces.
Matías Zaldivia: Pendiente de Renato Tarifeño pero el juego lo cargaron por el lado de Lucas Passserini, quien siempre descargaba para sus compañeros para encontrar una nueva jugada. No pasó muchas zozobras e hizo lo que tenía que hacer.
Juan Manuel Insaurralde: En el primer tiempo lo durmió Passerini. Era su marca, le tenía ganada la posición y le cabeceó igual para el gol de Palestino. Luego se fue afirmando, intentó salir jugando en más de una ocasión y coronó con un bombazo tras una segunda pelota que lo pilló atento.
Cristián Gutiérrez: Complicado por momentos con las subidas de Soto y con poca presencia ofensiva. Con el cambio de esquema pasó más y aprovechó los pases al vacío de Jorge Valdivia un par de ocasiones, encarando a un Soto que se fue cansando.
Esteban Pavez: Fiero, se adaptó bien, Luis Jimémez casi no la tocó. Metió también un par de interesantes cambios de frente para aportar una salida diferente.
Gabriel Suazo: Impreciso y muchas veces no hizo lo que requería la jugada. Intentó apurar un par de veces de primera con borde externo y hasta un taco infructuoso.
Jorge Valdivia: Cuando se pudo soltar de Agustín Farías y Julián Fernández, empezó a distribuir el juego. Le sirvió que se pusieran interiores a su lado a ayudar con la generación y ofrecer otras alternativas de pase. Pivoteó con gran viveza la pelota que le quedó al Chaco Insaurralde par el empate y fue al suelo cuando se requirió. Además, no reclamó.
Gabriel Costa: Comenzó participativo, apretando arriba, pero poco a poco comenzó a tomar malas decisiones para terminar jugadas que él mismo había empezado de manera correcta. Da la sensación de responder ya a un tema psicológico y que hasta recuerda algunos erráticos pasajes de Mauro Olivi, que intentaba generar pero tomaba la peor decisión en el momento queno debía. Quizás le haga bien pasar por el banco un rato.
Javier Parraguez: Un primer tiempo muy impreciso, donde no la agarraba y sucumbía ante la marca de González y Del Pino Mago. Con la entrada de Vilches se le abrieron espacios y encontró un par de remates que merecieron mejor suerte, como un lindo cabezazo que sacó Cerda.
Pablo Mouche: Si bien no tuvo la precisión deseada durante la primera hora de partido, siempre deja la sensación de que pone todo en el campo de juego y eso es positivo. Se afinó en el último tramo del encuentro con un par de buenos centros que encontró a Javier Parraguez y tuvo un tremendo remate que sacó Cerda.
(45’ET) Andrés Vilches: Con su ingreso se desordenaron las referencias de marca que tenían los defensores de Palestino al tener un doble 9. A veces acertó, a veces no. Intentó, se enganchó y al menos combinó con sus compañeros por pasajes.
(71’) Carlo Villanueva: Necesita más minutos, más si Colo Colo va a jugar con interiores. Al equipo le llora otro generador de juego cuando toman a Jorge Valdivia y él tiene condiciones. Limpió toda la jugada del gol de Morales y aportó buen pie en un momento crítico.
(84’) Iván Morales: Entró, metió ímpetu e hizo un golazo de manera muy fría e un momento delicado para el triunfo. Ratifica su buen momento tras un partido algo dubitativo en Calera. Excelente por él.
DT Mario Salas: Otra vez su equipo entró derechamente dormido y la reacción del segundo tiempo agrava el perder 45 minutos que pueden costar muy caro. Eso sí, acertó con todas las modificaciones que introdujo, partiendo por el riesgo de ir con 4-3-1-2 con Costa y Mouche de interiores, que pudo dejarle mucho flanco a Soto y Véjar para hacer daño, pero había que asumirlo. El doble 9, además, desordenó a González y Del Pino Mago, quienes perdieron las referencias de marca que tenían sobre Parraguez en el primer tiempo. Eso sí se pareció mucho más a un equipo dirigido por él. Bien por la reacción, bien por los tres puntos, pero hay que ponerle freno ya al ver dos versiones de un mismo equipo en un partido. Como le gusta decir, ahí está la gran “oportunidad de mejora”.