Lucas Domínguez, en entrevista con El Mercurio, analizó el devenir de Colo Colo en esta crisis, asegurando que tienen todo para levantar al Cacique.
“Venimos de tres años complicados y tenemos la posibilidad de sacarlo adelante. Si lo hacemos, entraremos en la historia de este club. Y eso me puede valorizar. Es lógico estar inseguro, porque quieres mostrarte para ganar un puesto y esa ansiedad te pasa la cuenta. Pero ahora las piezas se acoplan más, hemos repetido formación, nos entendemos con los compañeros. Lo hemos pasado muy mal últimamente y tuvimos un desahogo al vencer a Rangers”, expresó.
Además, reflexionó que “veníamos bien hasta las dos semanas en que jugamos con Pasto y Unión, cuando nos llegó toda la presión de la gente. Fue la etapa más traumática. El equipo cayó en el juego y en los resultados. Pero antes, con Audax y con Everton no debimos perder. Con esos puntos estaríamos metidos arriba. Ahora la liguilla está a tres puntos, es asequible. La Cato está a nueve y todavía no jugamos con ellos. Todo puede pasar”.
Sobre Gustavo Benítez y el ambiente en el camarín puntualizó que “él estaba preocupado, igual que todos, pero nosotros confiamos en su trabajo. Y lo digo en serio. Estamos muy cómodos con él. Aquí hay un súper buen grupo. Se especula mucho afuera, respecto al momento interno del equipo. Se dice que hay peleas y dramas, que estamos en mala con el entrenador. Lo de Toro y Toledo fue una discusión que no llegó a los combos. No fue algo personal, sino una discusión por las marcas, si lo hacíamos en zona o al hombre. Como perdimos, se subieron los tonos, pero no fue algo que afectara al grupo. Al otro día los dos echaban la talla”.
Finalmente, aseguró que no se arrepiente de haber venido a Colo Colo y que trata de dar atención a las críticas más voraces.
“No, en ningún momento. Peleé mucho tiempo para llegar. No fueron de lo mejor los primeros meses. Echaron al entrenador que me trajo (Omar Labruna). No tuve continuidad, pero siempre fui positivo. Por eso ahora lo valoro más, aunque a mi familia no le gusta venir al estadio por lo drásticos que son los hinchas, por los malos comentarios. Eso les duele y no es grato para ellos. Es un juego en el que después la cagas y te acuerdas de todo ese tipo de cosas. Es mejor no escuchar, tener una referencia, pero no pescar mucho. No podemos caer en el jueguito de los que nos quieren ver mal. Se nos hace más fácil si nos apoyan, que si se frustran. Entendemos que vienen de tres años que no son los mejores. Pero lo sacaremos adelante”, remató.
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