El esguince es una lesión muy común, sobre todo si se trata de la zona del tobillo, y compromete principalmente los ligamentos de dicha articulación, ya sean del lado externo o interno. “Provoca un daño que puede ir desde una simple distensión hasta la rotura completa, y se clasifican en tres grados, los que dependen del daño o de la indemnidad del ligamento. Los Tipo I son los más leves y corresponden a una distensión, los Tipo II corresponden a roturas parciales y los Tipo III, que son los más complicados, son roturas completas del ligamento”, señala el médico de Clínica MEDS Dr. Julio Botello.
Este tipo de lesión se produce cuando una situación de sobreesfuerzo lleva a la articulación a realizar movimientos que van más allá del rango normal, provocando que el ligamento vea sobrepasada su estructura anatómica. Generalmente ocurre en deportes en los que se corre o salta, como el fútbol, básquetbol o vóleibol. También en algunos que se desarrollan en superficies irregulares, como las carreras de aventura.
En cuanto a sus síntomas, al sufrir un esguince de tobillo, el paciente suele sentir un dolor intenso en el mismo momento de ocurrida la lesión (lado interno o externo), además de un aumento de volumen al producirse la inflamación local. A veces, es posible la aparición de un hematoma.
El tratamiento es simple si es que se toman las medidas a tiempo, puesto que basta con “inmovilizar la zona afectada con algún tipo de tobillera o bota que permita al mismo tiempo realizar rehabilitación. Así disminuye menos la masa muscular, no se pierde tanto rango articular, mejora la respuesta al dolor y disminuye más rápido la inflamación. Cuando una lesión como ésta se trata como corresponde, no genera complicaciones a futuro”, señala el profesional de Clínica MEDS.
En relación a la recuperación de un esguince de tobillo, el especialista comenta que “el pronóstico es bastante bueno, aunque siempre está la probabilidad de complicaciones como la rigidez o dolores crónicos, los cuales deben ser evaluados de manera de descartar recidivas u otras patologías”. Los esguinces grado I o II, normalmente demoran alrededor de un mes en sanar. Por su parte, los de grado III fluctúan entre los 2 y 2 meses y medio, siempre y cuando sean correctamente tratados.
Como recomendación, los expertos de Clínica MEDS explican que es necesario mantener un estado físico adecuado, usar los equipamientos de seguridad en los casos que así se requiera y realizar ejercicios de ayuda para fortalecer y mejorar la estabilidad articular.