En los tiempos que corren es un poco más simple seguir a Colo Colo en cualquier parte del mundo. Clara prueba entre los hinchas reconocidos es Arturo Vidal, que siempre sintoniza de una u otra manera donde esté.
Pero en 1991 no había internet y las posibilidades no eran tantas. Así le tocó a Iván Zamorano vivir como un fanático más en Sevilla la final de la Copa Libertadores de aquel año, la cual celebra su aniversario número 28.
Bam Bam contó a radio ADN que fue “uno de los recuerdos más maravillosos que tengo como ser humano. Siempre en este tipo de situaciones uno se acuerda de los que no estaban a tu lado, de los que me llevaban al estadio cuando el Monumental se estaba construyendo. Cuando uno vibra con un logro tan importante para el fútbol chileno”.
Asimismo, relató que “estaba en Sevilla y un amigo a través del teléfono me relataba el partido. Ha sido una de las felicidades más grande que he tenido y no sólo para los colocolinos, porque el que era chileno estaba feliz porque Colo Colo consiguió un logro que hasta hoy es histórico”.
Zamorano siempre fue fanático declarado gracias a su padre, a quien le cumplió la promesa de vestir el indio en el pecho al final de su carrera pese a venir de la quiebra.