Hernán Levy se quedó con el paquete accionario de Gabriel Ruiz-Tagle el año pasado y se transformó en el máximo inversor de Blanco y Negro. Pese a esto, se tomó un tiempo para conocer la institución y respetó los tiempos de Guillermo Mackenna, era que llegó a su fin ayer de manera simbólica y, definitivamente, terminará el lunes.
Y ahora sí el empresario de la construcción dice estar listo para tomar las riendas de la S.A., preparando una batería de cambios profundos dentro de la organización institucional.
La intención de Levy es “descentralizar” el poder. Es decir, tomar distancia de cómo operaron Gabriel Ruiz-Tagle y su “mano derecha”, Guillermo Mackenna. El empresario no tendrá un rol preponderante en las partes futbolísticas, dado a que apunta a la creación de una gerencia técnica a cargo de refuerzos, seguimientos de jugadores y todo lo relacionado con “la pelotita”. Además, quiere refundar las divisiones inferiores trayendo nueva gente si es necesario.
Otro punto que quiere el futuro presidente es potenciar el primer equipo y terminar una renovación que no se hizo completa tras la salida de los “referentes”. Armará para el segundo semestre un equipo acorde a lo que pida Américo Rubén Gallego y quiere mantenerlo hasta el otro año para alcanzar, por lo bajo, cuartos de final de la Libertadores.
Para el puesto de gerente técnico hay dos nombres: Jaime Pizarro y Marcelo Espina. Ambos se reunirán con la dirigencia en los próximos días. ¿Y Baquedano? Si se queda, será en un cargo mucho menor.
Sus votos están listos: Felipe Bertín, dueño del 10,8% ya le comprometió su apoyo, lo mismo que los representantes de la Corporación, Cristián Varela y Ramón Yávar. Todo esto, sin contar que dos escaños son del propio Levy por su alto número de acciones. Falta que confirme Aníbal Mosa (11,7%). La mesa, en total, es compuesta por nueve directores por lo que tiene mayoría.