Miguel Riffo llegó niño a Macul cuando nadie daba un peso porque pudiera llegar a tocar alguna vez una pelota debido a la malformación que padece.
Nada, dijo el zaguero. Se jugó todo, llegó al primer equipo y tras ir ganándose poco a poco un puesto se transformó en baluarte a partir del segundo título del tetracampeonato, dando seguridad y elegancia al fondo “albo” llegando, incluso, a la Selección Chilena.
Pero tarde o temprano su problema le pasaría la cuenta. El 2010 no fue bueno con muchas operaciones para el “5” y fue quedando poco a poco relegado al banco, primero con Tocalli y luego con Cagna.
Por lo mismo, a sus 29 años, no estaría en los planes para el próximo año y debe negociar su salida con los dirigentes, ya que tiene contrato hasta 2012.
Allegados al futbolista aseguran que el retiro es una opción, dado que está cursando la carrera de director técnico en el Inaf. Otra chance sería quedarse trabajando en las menores del “Cacique”. Todo está por verse.