Colo Colo confirmó su tremenda crisis tras la vergonzosa caída ante Fortaleza por la Copa Libertadores. Los Albos fueron un verdadero desastre en el Arena Castelao y sucumbieron ante sus propios errores para terminar perdiendo por un catastrófico 4 a 0 que profundizó su crisis tanto deportiva como institucional.

Lo peor, es que todo parecía anunciado hace meses. El conjunto de Jorge Almirón, tras salir campeón del torneo en 2024 y de la Supercopa, inició con mucho retraso la pretemporada. Es que, además de alargar las vacaciones, los trabajos se vieron perjudicados por una disputa por los premios que, a la larga causó estragos.

Es que el fondo físico del plantel es lamentable. Jugadores con lesiones constantes y, además, con un circuito futbolístico que sigue sin entenderse, es parte de las consecuencias de una pretemporada tardía y que, además, no contó con ningún refuerzo. Para colmo, ocurrieron hechos extrafutbolísticos como los de Maximiliano Falcón.

Peluca entró en rebeldía en plena pretemporada, causando un descalabro en la planificación de la institución en materia de refuerzos. Colo Colo tuvo que salir a buscar su reemplazo, cambiando todo el plan trazado y, además, generando un quiebre interno entre el propio plantel. Pero no fue lo único, ya que en materia contractual también hubo horrores.

Primero, lo que pasó con Brayan Cortés. El arquero no respondió ninguna de las ofertas de renovación del club, manifestando sus deseos de partir al extranjero y, cuando no tuvo opciones de fichar en otro lado, volvió con la cola entre las piernas, increíblemente, con un aumento salarial y con dos años de contrato más. Después pasó lo de Marcos Bolados. Otro que tampoco contestó las ofertas de renovación, terminó renovando por el doble de su sueldo y ni siquiera es titular para Jorge Almirón.

Brayan Cortés suma críticas por su presente en Colo Colo. | Imagen: Photosport.

Colo Colo cavó su propia tumba

El plantel se le fue de las manos a todos los altos mandos de la institución. Prueba de ello, es que ni siquiera se presentaron al lanzamiento de las actividades del Centenario en medio de las disputas por los premios. Pero los dirigentes también tienen mucha responsabilidad.

Después de un año medianamente tranquilo, la lucha interna entre los bloques floreció y tuvo su climax con la supuesta agresión de Carlos Cortés a Aníbal Mosa que terminó de dividir a Blanco y Negro. Después, aparecieron más críticas como al Proyecto Estadio, a la manera en cómo se maneja la institución, designaciones de cargos y los problemas de seguridad ya sabidos.

Como si fuera poco, también hay malas decisiones deportivas como, por ejemplo, renovar a Jorge Almirón a principio de año, sin ver cómo se iba a desarrollar su temporada. Así, si se quiere desvincular al técnico, habrá que desembolsar una cantidad importante de dinero justo en uno de los peores momentos económicos del equipo.

Los problemas de seguridad y comportamiento de la hinchada también repercuten en el pésimo momento del equipo. Los incidentes ocurridos en el compromiso frente a Fortaleza en el Estadio Monumental trajeron cola y dejaron al Estadio Monumental sin público en partidos vitales para lograr la clasificación.

Refuerzos que no han dado el ancho

Otro de los grandes pecados fue la tardanza en los refuerzos. Por ejemplo, Claudio Aquino fichó y estuvo dos semanas afuera sin integrarse a los trabajos de la pretemporada. Los demás llegaron sobre la hora con los trabajos de verano ya terminados y, finalmente, también afecta al fiato entre sus compañeros.

Ejemplo de ello es el escaso aporte que han tenido. Jugadores como Salomón Rodríguez (que costó 2,5 millones de dólares) registra sólo dos goles en Copa Chile. O Felipe Méndez junto a Tomás Alarcón, quienes casi no suman minutos en el equipo ni le pelean el puesto a los titulares. O el caso de Sebastián Vegas que, con el correr de los partidos perdió el nivel que mostró al principio, mismo caso que Claudio Aquino.