El 5 de junio de 1991 es un día que nunca van a olvidar los colocolinos. Si lo viviste o no, ya casi no importa, todos los hinchas albos hacen suyo el recuerdo de aquella gloriosa noche en que Colo Colo pudo levantar la Copa Libertadores tras vencer por 3 a 0 a Olimpia en el Estadio Monumental. Las antorchas iluminaban la Ruca, los cantos ensordecían a los vecinos y los llantos conmovían a todo aquel que se cruzara en el camino.

Uno de los momentos emotivos de la jornada, fue el que protagonizó Marcelo Barticciotto. Con una locura tremenda tras el pitazo final, el 7 del pueblo fue entrevistado en plena cancha y lo pusieron en contacto con su familia en Argentina. “Gracias papá, esto es para ustedes también, los quiero mucho. Acá está la gente toda loca, toda festejando“, declaró Barti entre sollozos.

Es que, ese día, Marcelo Barticciotto vivió su propia Copa Libertadores. Desde temprano, algo se tramaba el delantero argentino. Daniel Morón, su compañero de pieza en aquel entonces, no sospechaba lo que prepararía el futuro ídolo albo y claro, el arquero estaba preocupado de cumplir al pie de la letra cada una de sus cábalas. Hasta que lo vio con un lápiz y un papel. Luego de un rato se confirmaron sus sospechas. Él mismo le contó que estaba escribiendo una carta para sus compañeros, por lo que Morón le aconsejó pegarla en la pared del camarín.

Así fue. Una vez que llegaron al estadio, el ídolo del Cacique tomó su escrito y lo pegó en un lugar visible. Sin avisarle a nadie, los jugadores se acercaban uno a uno a leer lo que Barticciotto les quería decir. Y la hoja no tenía ninguna relación con algún concepto táctico o alguna finalidad de arenga, sólo quiso agradecerles por todo lo que pasaron durante esos meses.

Marcelo Barticciotto hablando con su familia tras ganar la Copa Libertadores con Colo Colo. | Imagen archivo.

El recuerdo de la carta de Marcelo Barticciotto en Colo Colo 1991

Lo que nunca pensó Barti, es que sus palabras pasarían a ser de todos los colocolinos, incluso de todos los chilenos. Y es que en aquella oportunidad, como una jugarreta del destino, al camarín entró Carlos Caszely y se fijó en aquel detalle. El Chino, que seguramente tuvo muchos recuerdos de aquella final en 1973, entendió que la carta no podía quedar en el olvido y, una vez que el vestuario quedó vacío, arrancó el documento para llevarlo a la caseta de transmisión que compartía con Vladimiro Mimica de Radio Monumental.

“Honestamente, no sé si en otra oportunidad, en un camarín, se ha escrito, sobre todo en el momento que se vivía, que para Colo Colo no era habitual, sólo lo había vivido una vez en el 73, ad portas de ser campeón. Había conceptos muy profundos en esa carta, lo que había significado el esfuerzo, el sacrificio. Como Marcelo se despide, diciendo que mañana, cada uno seguirá su propio camino y esto ha sido así. La vida le entrega a uno distintos caminos, pero ese momento, que ellos estaban viviendo, perdurará para toda la vida. Fue un anticipo de lo que fue la vida del plantel de 1991”, reflexionó el popular Vladimiro Mimica en conversación con DaleAlbo.

El destino quiso que esas palabras llegaran a sus manos y su voz fuera la voz de Marcelo Barticciotto. Carlos Caszely se la entregó para que fuera leída y, según recuerda Mimica, “fuimos los primeros en difundir la carta en la Radio Monumental. En el momento en que Colo Colo salía a la cancha (en realidad fue al día siguiente, en el programa de las 14:00 horas), porque Carlos, que estuvo en el camarín antes y después del partido, la despegó y se la trajo. Fue un privilegio tener esa carta”.

¿Qué fue de la carta que escribió Marcelo Barticciotto en la final de la Copa Libertadores 1991?

Lamentablemente, el Cantagoles confesó que no sabe el destino que tuvo esa carta. “En ese tiempo no teníamos la computación para dejar registros. Yo creo que no quedaron registros de esa carta”. Sin embargo, nos hace una promesa: “nunca le hice la pregunta a Carlos, pero se la voy a hacer, ¿dónde quedó esa carta?”.

Para efectos de saber más sobre el paradero de este patrimonio colocolino, DaleAlbo se puso en contacto con Carlos Caszely, quien confirma la versión de Mimica. Lo cierto, es que le lleva la carta a la caseta, se la lee y, después, nunca más se supo de ella porque se fueron a grabar el cassette e la final.

Y claro, es muy probable que ya no existan vestigios de aquel escrito. Es que, de haberlos, sería una pieza invaluable en el museo de Colo Colo en el Estadio Monumental. Lo único que se sabe, es que las palabras de Marcelo Barticciotto hicieron eco en todo el país y, que el día siguiente, el 6 de junio, todos quisieron un poco más al 7 del pueblo.

Carta de Marcelo Barticciotto a sus compañeros de Colo Colo en la final de la Libertadores 91

Quizás yo sea el menos indicado para decir esto, pero sentía que lo tenía que decir. Puede haber entre nosotros miles de diferencias. El hecho de estar criados en diferentes culturas implica mucho, pero eso es lo de menos. El ser argentino, chileno o yugoslavo es una circunstancia de la vida. No podemos estar todos en un mismo país. Por eso Dios, que es tan sabio, nos repartió.

En este plantel hay muchos que quizás se irán -y Dios quiera que sea para bien-y otros que se van a quedar. Por eso éste es el momento para agradecerles todo lo que hicieron por mí. Lo digo ahora porque hoy vamos a jugar uno de los partidos más importantes de nuestras carreras. No porque va a ser la final de la Copa, ni mirado desde el punto de vista profesional ni económico, que en este caso es lo de menos porque podremos tener partidos más importantes que éste. Pero pongámonos a pensar si vamos a tener otra vez en la vida un grupo más importante que éste. Con tantas buenas personas, humildes, con gran corazón a pesar de lo que son y de lo que significan para la gente.

Hoy es el día para demostrarnos si nos queremos y demostrarles a todos los hombres que el grupo humano del que siempre hablamos no es verso y es bien de verdad. Por eso digo que dejo de lado el prestigio, el dinero y muchas otras para pensar en ustedes como personas, como compañeros, como amigos.

Muchachos: no podemos defraudarnos ni defraudar a nuestras familias, que están sufriendo tanto o más que nosotros. Yo no soy quién para pedirles algo, pero en esta oportunidad lo voy a hacer. Les pido que cuando entremos a la cancha demos gracias a Dios de tener el grupo sensacional que tenemos y del compañero que tenemos al lado. Que quizás sea la última vez en nuestra carrera que lo tengamos.

Digo esto porque los quiero y porque ya forman parte de mi vida y de mis mejores recuerdos.

Gracias muchachos”.