Jaime Pizarro tuvo una brillante carrera en Colo Colo donde se cansó de dar vueltas olímpicas y obtuvo, como capitán, el logro más importante en la historia de los clubes del fútbol chilenos. La Copa Libertadores 1991.

El Kaiser, cree que el aniversario de la obtención del título es una oportunidad para la institución. “Para celebrar los 30 años de la Copa hay que traer a Mirko Jozic desde Croacia. También hay que invitar a todos los que participaron de ese logro, jugadores que quizás no tuvieron protagonismo pero que estuvieron presentes, como Leo Soto y Sergio Verdirame. Además de dirigentes, funcionarios. Y buscar la unidad del club que es lo que ha hecho falta en los últimos años y que han llevado a Colo Colo a instancias en que nunca debió estar”, aseguró.

Pizarro, también recordó las claves para obtener la copa. “La unidad y el convencimiento. Para ser franco, en ese equipo no había jugadores talentosos. Solo el Chano Garrido. El resto éramos normales. Incluso algunos menos que eso en lo técnico, pero cada uno de nosotros trabajaba para rendir al máximo, según sus capacidades. Y éramos distintos. Pato Yáñez era veloz, pero no tenía la capacidad goleadora de Rubén Martínez. Y él no era tan rápido. Barticciotto tenía cosas de ambos, pero no a sus niveles. Dabrowski era el que estaba ahí en el área pese a no ser un ‘9’ muy técnico y el Chico Pérez apareció en la final con lo suyo, sin ser un jugador titular”.

A 30 años del logro más importante, el Cacique vivió uno de los momentos más difíciles de la historia y así lo vivió el campeón de américa. “Fue un nerviosismo máximo y eso se notó en los jugadores en el tramo final del campeonato pese a que, objetivamente, desde la llegada de Gustavo Quinteros a la banca, el equipo se vio mejor que en toda la primera rueda, pero se sufrió. Pelear por no descender, jugar una promoción es algo demasiado tensionante para un futbolista, no solo de Colo Colo. Yo lo viví jugando en Palestino y le aseguro que fue lo peor que me tocó enfrentar en mi carrera”.

En algún momento el ex volante estuvo cerca de ser presidente de Blanco y Negro. Fue un momento y no es algo que yo tuviera como meta. Mis mayores sueños profesionales en Colo Colo los cumplí. Como jugador de las inferiores quería jugar en el primer equipo y ganar títulos y lo logré. Luego, como entrenador, quería dirigir al equipo y ser campeón y también lo fui. Estoy lleno de satisfacciones con mi club.

“Yo disfruté cada logro intensamente pero claro, hay cosas que no se olvidan. Como jugador, mi debut en un amistoso ante Olimpia en que entré por Severino Vasconcelos y, tres días después, mi estreno oficial, con un gol de zurda de media distancia, ante Audax Italiano. Y el título obtenido en 1986 en la final ante Palestino porque fue todo complicado ese año y, además, fue el primero en que me sentí titular. Y como DT, aparte de ser campeón en la quiebra, fue terminar con ese largo tiempo de sequía y ganar en Calama. Y lo hice tres veces seguidas, más encima”, cerró.