Marcelo Pablo Barticciotto volvió a la carga. Desde su lado de férreo opositor a Blanco y Negro, repasó con La Tercera el camino que decidió tomar tras su salida como DT en 2008 del Monumental con una turbulencia tremenda.
“No me creo el Alejandro Magno de esto. Hago lo que me nace, lo que me pidieron muchos hinchas. Esto me llena el alma y me ha traído muchos más beneficios que problemas. Mi señora está podrida, pero creo que el tiempo me ha dado la razón. Fui uno de los primeros en decir lo que iba a pasar. La gente me quiere más de lo que me quería. Voy a seguir luchando. No queremos echar a ByN, pero vamos a obligarlos a sentarse con nosotros, pues esto no da para más. Al colocolino la historia lo va a juzgar si no hace nada. Yo lucho porque no se pierda el alma y la pasión. Para mí, el fútbol no puede ser un negocio”, recalcó el 7.
Además, dijo saber que su idea “lamentablemente está un poco obsoleta, pero yo no voy a perder mi dignidad por “políticas de la empresa”. Los DT que llaman a los clubes para ofrecerse, esos sí trabajan, pues están dentro del sistema. Ha habido acercamientos indirectos, pero no creo que vuelva al fútbol. La gente sabe y no les debe gustar que esté en la vereda de criticar a los dirigentes. No les gusta que no transe y que no obedezca ciertos mensajes”.
De su renuncia como adiestrador del Popular admitió que “todavía no lo supero totalmente. Trato de no aparecer tanto en los medios. No soy mala leche ni rompo códigos de camarín. A mí me traicionaron y lo exterioricé. Quizás me equivoqué, pero en el fútbol nunca nadie dice la verdad. Colo Colo todavía está pagando los platos rotos por ese momento, por las malas costumbres que los juveniles les veían a sus ídolos, que no entrenaban ni se cuidaban. Yo pedí que sacaran a tres jugadores (Sanhueza, Meléndez y Riffo) por varias faltas de respeto, pero los dirigentes no se pusieron los pantalones, lo mismo que algunos jugadores que yo sé que estaban conmigo. Me dolió en el alma. Igualmente, no tuvieron los cojones para echarme”.
Finalmente, comentó que no tiene amigos prácticamente en el fútbol (“Salvo Daniel Morón, que es como un hermano, Rubén Espinoza o Marcelo Espina”) y disparó contra otros referentes: “Yo sé que muchos piensan que me volví loco, que me rayé con lo de Colo Colo. ¡Que respeten mi decisión! Los problemas son míos y de mi familia. Lo que hacen muchos “ídolos” del club de la boca para fuera no sirve”, tiró.