Sin duda se trata de uno de los títulos más recordados por la hinchada colocolina. Ese Colo Colo 2002 que levantó el trofeo de campeón ante Universidad Católica quedó para siempre grabado en la memoria del pueblo albo, debido a las circunstancias en las cuales se dio esa coronación.

Todo partió a principios del 2002 cuando se declaró la quiebra del club, generando la incertidumbre de si Colo Colo podría funcionar de alguna manera en esa temporada. El síndico de quiebras Juan Carlos Saffie se hizo cargo de la administración del Cacique y rápidamente se comenzó a vender patrimonio importante, como la sede de Cienfuegos y el Teatro Monumental.

Además, se pensó en vender el Estadio Monumental. Todo, con el fin de pagar a los acreedores. En ese contexto se compitió ese año. Muchos de los experimentados se fueron, quedando solo Marcelo Espina, Marcelo Barticciotto y Raúl Muñoz, además de algunos jugadores de la cantera que ya habían debutado en temporadas anteriores.

Así y con muchos debutantes, Colo Colo afrontó ese año, en el cual inicialmente se pensaba que había que salvar el descenso. Sin embargo, ese grupo de jóvenes jugadores estaba para más y terminó alcanzando la semifinal del Torneo de Apertura, para luego llegar a la final del Clausura, superando en esa instancia a Universidad Católica, en uno de los días más recordados de la historia del Cacique.

¿Cómo formaba Colo Colo en Torneo de Clausura 2002, cuando salió campeón en la quiebra?

El equipo que más jugó en el Torneo de Clausura 2002 fue con Eduardo Lobos al arco; Luis Mena, David Henríquez y Miguel Aceval en defensa; Francisco Huaiquipán, Braulio Leal, Joel Reyes, Raúl Muñoz y Marcelo Espina en el mediocampo; Luis Ignacio Quinteros y Manuel Neira el delantera.

Además, durante ese año dieron sus primeros pasos algunos jugadores que fueron importantes en la historia del club en los siguientes años, como Gonzalo Fierro o Miguel Riffo. También jugaron con regularidad jugadores como Marco Millape o Rodolfo Madrid.

Mención aparte fue la labor de Marcelo Barticciotto. El Barti, que vivió su último año como profesional, era suplente y jugó muy poco. Sin embargo, se comprometió con la labor de enseñarle desde la experiencia a ese grupo de jóvenes jugadores que terminarían levantando la copa en diciembre.