Colo Colo comienza a pensar lo que será el 2023. Si bien renovó su vínculo con el Cacique, Brayan Cortés está cada vez más cerca de partir, por lo que la búsqueda y planificación para la dirigencia parte por resguardar el arco albo. De esta manera, Gabriel Arias asoma como una alternativa junto a Ignacio González.
El Nacho es formado en los pastos de Macul y hoy milita en Deportes Antofagasta. Si bien ha alternado titularidad con Diego Sánchez, está muy bien evaluado y, pese a la posición que ocupan en la tabla de posiciones, disfruta de ser importante.
En los Albos no pudo hacerse de un puesto. Siempre estuvo detrás del arquero que se traía y, finalmente decidió partir. Según cuenta, desde un principio supo que iba a estar tapado, quería jugar y tomó sus maletas para salir del Monumental.
“Me encuentro en un muy buen momento en Antofagasta. Las veces que se me dio la regularidad he podido destacar. En Copiapó, San Luis y Palestino pude jugar bastante y con un buen rendimiento, donde hasta pude jugar copas internacionales. Siento que en mis últimos años he consolidado mi carrera. Estoy contento, porque es lo que uno busca”, señaló el guardametas en conversación exclusiva con Dale Albo.
Sobre su formación en Pedrero, afirmó que “estuve casi todas las divisiones inferiores en Colo Colo, porque llegué a los 14 años. Fui campeón en casi todas las divisiones, venía con un buen ritmo y se acaba el periodo de formación en el 2008. Perdí la regularidad que tenía en cadetes al llegar al profesionalismo.
“Terminé mi época como juvenil y trajeron en el 2011 a Juan Castillo. Iba a estar muy tapado e iba a jugar poco, casi esperando una lesión para poder jugar. Ahí salí a préstamo y me fui a Deportes Puerto Montt, donde pude jugar bastante ese año. Me di cuenta que era lo que siempre yo quería, que era jugar, porque el arquero se hace jugando. Siempre sentí que estaba tapado y que tenía que buscar la forma de jugar”, lanzó.
Además, el arquero del cuadro Puma abordó su experiencia en el equipo filial del Cacique. “En 2012, Colo Colo tuvo la filial en Segunda División y siempre quería jugar ahí. Había un roce distinto al del fútbol de cadete, con equipos profesionales. Un roce que uno necesitaba y el mayor beneficiado era el club, porque sus jugadores tenían más roce cuando los necesitaban en el primer equipo. Yo tenía 21 o 22 años y me tocaba jugar con el Mágico González o con Osmar Molinas, que no tenían mucha continuidad. Yo encantando, porque sentía que te daba más competencia”, cerró.