La jugada de Aníbal Mosa que terminó con las salidas de Edmundo Valladares de la presidencia y Edison Marchant de la vicepresidencia de Blanco y Negro, se volvió una piedra en el zapato para sus pretensiones y han provocado un verdadero terremoto en Colo Colo.
Esto porque a pocas horas de la reunión de directorio, nadie quiere asumir el fierro caliente de la conducción de la concesionaria al ver lasnegativas reaccionesde los hinchas, quienes se han volcado para apoyar al todavía timonel del Club Social.
La principal carta para tomar el mando era Alfredo Stöhwing, líder del bloque Vial, pero siempre de bajo perfil, por lo que no está convencido de tomar un cargo que le significará una alta exposición pública en un momento delicado.
La otra alternativa es Fernando Arab, quien no cuenta con los apoyos necesarios para tomar el mando. Además, desde su visión política no ve prudente asumir la presidencia en medio de una recepción negativa de la gente, que no dudaron en recordarle antiguos comentarios por el manejo dirigencial del club.
¿Y Aníbal Mosa? Simplemente nadie lo quiere como presidente por sus negativas administraciones pasadas que dejaron un descalabro financiero en la institución y que dejaron a Colo Colo a 90 minutos de sufrir su primer descenso.
La conducción del club vive horas cruciales para conocer al nuevo mandamás de Blanco y Negro por un período de tres años, pero vuelve a encontrarse ante un directorio fraccionado sin liderazgos ni figuras de consenso.