Colo Colo no pudo ante Huachipato y terminó empatando 1-1, tras un error defensivo en la última pelota. 

Por  Darío Sanhueza.

Brayan Cortés Impecable en el juego con los pies, en los centros, en los saques con intención buscando a un compañero y en las escasas oportunidades en que fue requerido por los acereros, de hecho intervino mucho más en la construcción del juego que en su función primaria. Nada que hacer en el gol ante la desconcentración defensiva del final. Garantía.

Felipe Campos: Lamentablemente su buen partido, con entrega, anticipación defensiva, pasadas por el costado, todo ello unido a que jugó físicamente condicionado por un juanete, queda en un segundo plano con la desconcentración final, donde no sólo descuida su espalda sino que habilita a Sepúlveda. Demasiado castigo quizás, pero no se pueden cometer errores así y menos en los últimos instantes.

Matías Zaldivia: Huachipato armó su presión en ataque para que Colo Colo no saliera con sus mediocampistas, por lo cual la labor de primera salida muchas veces quedó en sus pies. En ese aspecto tuvo un par de muy buenos pelotazos por el costado derecho en el primer tiempo que terminaron en llegadas claras, lamentablemente no concretadas. En su función primaria, la defensiva, bien, con ese carácter y energía que son insustituibles en este equipo. Una pena que el gol rival haya llegado por alto.

Julio Barroso: Con un perfil más bajo que Zaldivia, menos protagónico que Zaldivia en ese aspecto, cumplió sin sobresaltos, no permitiendo que Blondell, Cris Martínez y luego Succar recibieran con tranquilidad y con un par de cruces propios de su tiempo y distancia. Correcto.

Óscar Opazo: La velocidad del Torta es otro de los principales factores ofensivos del equipo, y hoy por algunos momentos lo tuvo. Para venir de dos fechas de para estuvo bastante bien. Pese a que por izquierda rinde, se entiende bien con Mouche y con Valdivia, ojalá podamos verlo pronto por derecha.

Esteban Pavez: Tuvo un error severo en un tiro libre entregado a un acerero que casi pudo haber terminado en un desastre, pero en el resto tuvo un muy buen encuentro, predominando en su zona, corriendo bien la cancha e incluso con esa sana costumbre de rematar al arco al menos una vez por encuentro, provocando una gran tapada de Urra. En un puesto que no está tan claro en la Selección, ha hecho un semestre digno de, al menos, poner su nombre arriba de la mesa con fundamentos.

Gabriel Suazo: Con su entrega y despliegue acostumbrados, jamás deja dudas de su entrega total en el verde césped. Sin embargo, no repitió las buenas actuaciones que venía brindando, dio la sensación de nunca hacer pie en la pesada cancha del CAP, incluso quedando pasado en varias ocasiones.

Jorge Valdivia: Líder total, no sólo por ese fútbol que no tiene nadie más, sino por su entrega hasta el final, pese al cansancio. Le pegan todo el partido, y en la única oportunidad donde cometió un discutible foul lo cargaron con una amarilla excesivamente sensible por parte del individuo de las tarjetas. De todas maneras, saldo positivo para un Mago que además de su talento, está haciéndole honor a su segundo apellido, Toro.

Gabriel Costa: Un par de buenas asociaciones, otro par de buenas apariciones por derecha, buscó algo más cuando se cambiaron de lado con Mouche pero sin éxito. Los buenos ingresos que ha tenido Iván Morales –que ponen al joven como Sub 21 N° 1 en esa lista–, que ahora están provocando que sea el primer cambio, podrían hacer trocarlos en el once inicial.

Esteban Paredes: No estuvo particularmente fino el ídolo, sufrió el buen trabajo de la última línea huachipatense dejándolo offside varias veces, en juego sólo tuvo una chance clara tratando de picársela a Urra, pero desvió. Sin embargo, su carácter, su liderazgo, su historia y ser la reserva moral de este equipo lo hacían ser nuevamente el héroe de la película con un penal pateado con toda el alma. El desenlace del post último minuto impide disfrutar en plenitud su gol 212 en torneos nacionales y 189 con la camiseta más bella de todas.

Pablo Mouche: El mejor de Colo Colo en los primeros minutos, tuvo un lindo remate que tapó Urra y otro par de intervenciones interesantes. En el segundo lapso –coincidiendo que jugó por derecha– perdió un poco de fuelle y trascendencia, pero sigue siendo un inamovible en el once.

(67’) Iván Morales: Trascendente. Se ve físicamente fino, muy ganoso pero en el buen sentido, no “atarantado”. Su empuje llevó al penal que nos tenía ganando el partido hasta el minuto final. Si sigue así, sin dudas va a tener opciones desde el inicio.

(85') Javier Parraguez: Entró por el ídolo para aguantar pelotas y matar tiempo. Lo hizo correctamente en el par de ocasiones que tuvo.

(90') Williams Alarcón: Ingreso ingrato, prácticamente no vio acción y justo llegó el empate. No es su culpa, por supuesto, pero quizás era el momento para que ingresara un jugador más avezado y con más juego aéreo, ante el predecible último recurso que iban a intentar los siderúrgicos.

DT Mario Salas: En todos los partidos en que Colo Colo había merecido ganar (Unión, U. de Concepción, Curicó, U. Católica de Quito, Iquique, O’Higgins), lo hizo. En los que no lo mereció (Cobresal, UC, Coquimbo) no lo logró. Este es el primer partido en que Colo Colo no ganó mereciendo hacerlo, y las causas pueden ser muchas. La tentación de culpar al árbitro por haber dado un minuto de descuento sobre descuento –sin avisarle a nadie– es tremenda, pero tampoco podemos obviar la desconcentración final, que nos quita dos puntos que ya estaban en la bolsa. Con el “diario del lunes”, probablemente el ingreso de Insaurralde en vez de Alarcón habría contribuido a solidificar la única vía que le quedaba a los acereros –la aérea–, y en eso sin duda hay responsabilidad de la banca, pero también el equipo tuvo demasiadas oportunidades que no concretó –por impericia o por mérito del golero rival–. El equipo no jugó para nada mal, y en eso hay mérito por supuesto, pero seguramente, luego de este desenlace tan doloroso, estará en su cabeza la idea de efectuar un par de ajustes que permitan, a lo menos, no perder puntos que se estaban logrando con merecimientos.