Gustavo Benítez cuelga de un hilo. “Quiero una revancha, pero no depende de mí”, aseguró ayer, apesadumbrado, en conferencia de prensa. Y es que sabe que su único respaldo hoy por hoy es Arturo Salah, presidente de Blanco y Negro.
“Haberle ganado a La Calera produjo una calma momentánea, pero claramente esta vuelve a dejar todo de la misma forma en que estaba antes de ese partido. Aníbal Mosa podría adoptar la decisión (de cesarlo), porque, por su cargo, tiene la potestad para hacerlo. Pero prefiere buscar un acuerdo con el resto del directorio, para que sea una determinación consensuada”, comentó un director de la alta mesa a La Tercera sobre un posible despido del paraguayo.
Lo cierto es que el DT tiene colmada la paciencia de muchos regentes, pero mientras no se llegue a un consenso absoluto será difícil que lo cesen, dado que esto podría gatillar la renuncia del presidente, por quien apostaron sus fichas en la última junta de accionistas.
De acá al miércoles se realizaría una reunión de directorio que podría ser clave. De no pasar la guillotina ahora el encuentro con Cobreloa podría marcar muchas cosas. Éste está pactado para el domingo a las 18:30 horas en el Monumental.
Foto: Agencia UNO