Llamaron la atención las declaraciones del presidente de Blanco y Negro, Hernán Levy, el 26 de septiembre: “Nosotros también, cuando se juegue en el Monumental, podemos ejercer la misma medida.Es algo que se va a tener que probar, en el Bernabéu se hace y en otros estadios españoles también, ¿por qué acá no?”, aseguró a El Mercurio el timonel de la concesionaria en relación a la, en ese entonces, hipotética opción de jugar con Católica en San Carlos.
El hecho se concretó a principios de la semana pasada y el discurso cambió: “Frente a este nuevo antecedente, que hasta ayer desconocíamos, estimamos que si la UC quiere ejercer su localía en San Carlos, lo justo sería que garantizara las mismas condiciones que se proporcionan a ese equipo cuando se los recibe en el Monumental: un sector para su barra y venta de entradas generales para otras localidades del estadio de manera abierta para cualquier interesado en adquirirlas”, tiró el empresario.
Y parece que los hechos van más de la mano con lo que declaró antes, dado que el ex Intendente de la Región Metropolitana, Fernando Echeverría, comentó al mismo matutino que “quiero ser bien franco y decir que el año pasado me junté con los dirigentes de Colo Colo y Universidad de Chile, y ellos estuvieron de acuerdo en que estos clásicos, tal como ocurre en Europa y en Argentina, debían ser sin público del otro equipo. Que no estén las barras hace que sea más tranquilo”.
El tema es que, finalmente, los hinchas, los colocolinos “de a pie” fueron discriminados y los pocos que pudieron entrar tuvieron que sufrir botellazos y otras agresiones. Sin contar los que se fueron detenidos sólo por portar la camiseta que aman. Inadmisible.