La imagen nos conmovió a todos: tras ocho minutos en cancha, Gonzalo Fierro trató de picar y se tomó de inmediato la parte trasera de uno de sus muslos. Salió por sus propios medios, se sentó en el banco y rompió en llanto mientras Mathías Vidangossy trataba de consolarlo. Luego, Ivo Basay se lo llevaría abrazado al camarín.

Con un vistoso parche abandonó el vestuario y sólo dijo a la pasada, visiblemente sentido aún, que “no es claro lo que tengo, dependerá de los exámenes”.

El doctor Julio Botello comentó que “fue un fuerte tirón en el isquiotibial y los exámenes permitirán dilucidar si se trata de una contractura o no”.

De todas formas, aún cabe la opción que sea un desgarro pero todo dependerá de los chequeos a realizarse en las próximas horas.

Foto: Gentileza Luis Quinteros / LUN