El rostro serio y de preocupación de Mario Salas contrasta mucho con la felicidad que irradiaba cuando llegó. Colo Colo ha sumado tres caídas ante rivales de primera, pero lo que preocupa ha sido la forma más que los resultados.

Es evidente que la idea del Comandante aún no se aplica, pues los externos no generan mucho peligro y la recuperación de balón no está siendo rápida. El control no está siendo del todo fluido y los jugadores llamados a conducir el juego no andan finos.

De todos modos, hay que recordar que es mejor que estos errores ocurran en amistosos que por los puntos, ya que le da una idea a Mario Salas de lo que debe corregir.

Hay rendimientos individuales muy bajos respecto de lo que pueden dar, pero también hay que ser realistas y recordar que este plantel, que no fue protagonista el semestre pasado, está despotenciado (se fueron diez y llegó uno). Eso es algo que no es responsabilidad del entrenador.

Lo cierto es que el Cacique no juega bien, no crea peligro y los arqueros rivales no han sido muy exigidos. La falta de gol era evidente desde el torneo pasado y si Esteban Paredes no convierte, nadie lo hace.

La generación de fútbol en los equipos de Salas parte desde su doble seis, donde sólo  Gabriel Suazo mostró algo ante Unión Española. El hecho de que los volantes mixtos no armen jugadas, provocan el retroceso de Valdivia y lo alejan de la zona donde más hace daño con su dribiling que arrastra marcas y le permite filtrar pases para alguien desmarcado.

Pero el Mago tampoco está fino con la pelota, se le ha visto muy errático en los pases, uno de sus mejores atributos. Admite que no está en su mejor versión, aunque advierte que cuando sume más partidos andará más acertado.

Tampoco los costados están siendo factor. Óscar Opazo ante los cruzados estuvo más preocupado de contener a Puch y ante Unión jugó a perfil cambiado, mientras Gabriel Costa se muestra empeñoso y ofrece recursos interesantes, pero aún le falta entenderse mejor con sus compañeros.

La banda izquierda sigue penando y se espera que con la llegada de Ronald De la Fuente y otro puntero por ese sector, la cosa mejore. Por el momento los costados no desbordan ni se imponen en los duelos, por lo que a Salas le pena una de las principales armas que usó para atacar.

En defensa no se pasa tanto apuro, pues los arqueros no han sido muy exigidos. Pero si el equipo no somete, en algún momento el rival llegará. Esto deja claro que la única zona que se debe reforzar es el ataque.

La necesidad de fortalecer esa zona se sabe desde el campeonato obtenido por Pablo Guede. Colo Colo requiere jugadores que busquen el duelo individual o piquen al vacío para generar peligro, aprovechando los pases filtrados de Valdivia o Valdés.

Hasta el momento sólo ha llegado Gabriel Costa, pero dejaron escapar a Puch, quién ayer se dio un festín con sus marcadores. José Aguilera ha mostrado algo, pero está recién asumiendo protagonismo en el equipo, mientras que Marcos Bolados hasta ahora ha sido intrascendente.

Queda un amistoso más a Mario Salas, el peso de la pretemporada se sentirá un poco menos en sus dirigidos y podrían desenvolverse mejor en la cancha, pero las grandes falencias de Colo Colo no se corregirán mientras no lleguen refuerzos.

Aún falta tiempo para que empiece el campeonato y de seguro el Comandante ha tomado nota de las carencias que ha mostrado el equipo.