Sabido es que Salah se convirtió en el enemigo número uno del presidente del CSD Colo Colo, Raúl Labán, quien está muy cercano a Aníbal Mosa, quien pese a ser el accionista mayoritario, no controla la mesa directiva de la concesionaria compuesta por nueve integrantes.

La idea de este tándem Labán-Mosa es poder controlar Blanco y Negro, restándole poder al bloque controlador que hoy componen Leonidas Vial con tres directores y Hernán Levy con dos.

Ha trascendido que en los últimos días y producto del alza en el precio de las acciones, muchos minoritarios han comenzado a vender y el que estaría aprovechando esto para aumentar su propiedad, sería Aníbal Mosa.

De esta manera, el puertomontino aumentaría su participación con el objetivo de poder sumar un nuevo director, restándole uno a Vial y logrando, producto de su alianza con la Corporación, los cinco votos para poder controlar el directorio.

Así, se abriría el cupo para que Carlos Caszely se integre, como es el deseo de Mosa, Labán y el CSD y contando con cinco votos, este nuevo bloque podría definir al presidente y ahí, la continuidad de Salah peligraría.

Todo esto quedará más claro en abril, cuando Blanco y Negro elija su nuevo directorio o un poco antes, cuando salga el fallo del “caso cascadas” que involucra a Leonidas Vial y que podría obligarlo a abandonar la concesionaria antes de tiempo.