El despido de Américo Rubén Gallego sorprendió a todo el mundo y en esta columna, el tema de fondo no es si gustaba al paladar del hincha el juego del DT, si era ofensivo, defensivo, bueno, malo, lindo o feo.

Acá apuntamos a la autoridad de la figura del técnico, sea Gallego o el que sea, el tema central es si efectivamente el hombre que se pone el buzo es el que manda o son los dirigentes-dueños de la empresa que administra a Colo Colo, quienes realmente hacen y deshacen, no sólo en el club (si es que aun se puede llamar club), sino que dentro de la cancha.

El presidente de Blanco y Negro anunció este jueves el despido de Gallego argumentando que lo echaban porque su juego no representaba la tradición de Colo Colo y porque el DT no aprovechaba los refuerzos que le trajeron.

De estas afirmaciones se desprenden dos cosas, primero que Levy conoce al dedillo la historia de Colo Colo, cosa que ponemos en duda, pues para él la tradición de Colo Colo es solamente “ir para adelante”.

Sí es cierto, Colo Colo siempre ha ido al frente, pero históricamente, el Cacique ha tenido equipos equilibrados donde sus arqueros por lo general son los mejores de Chile, sus centrales casi siempre son seleccionados nacionales y sus volantes de corte son verdaderos caudillos respetados por todo el medio.

En Colo Colo no sólo han jugado delanteros estrellas. Detrás de los “cuatro fantásticos” siempre han habido y deben haber siete guerreros aplicados y buenos para la pelota, “atenti” a esto señor Levy, revise la historia del club antes de meterse con ella.

Lo segundo que se desprende de sus palabras es que se despide a un técnico por no aprovechar los refuerzos que se le trajeron, repetimos, por más que uno esté o no de acuerdo con el esquema de Gallego, la discusión no es esa.

Esto último es gravísimo, porque queda al descubierto que los refuerzos no los eligió el técnico y según palabras del mismísimo mandamás de Blanco y Negro, se los trajeron. Uno.

Dos, al decir que se le despide porque no aprovecha los refuerzos, quiere decir, que se le despide porque no pone en la cancha lo que Levy quiere, ¿manda el técnico o el presidente en lo que pasa dentro de la cancha?

Históricamente la respuesta ha sido que en la cancha manda el técnico, pero al parecer, en este Colo Colo 3.0 (que ya va en 4.0) no es así, pues se está dando la señal que el entrenador que llegue se verá obligado a poner en la cancha lo que el presidente de Blanco y Negro diga y no lo qué el DT quiera, ¿no será mejor y más honesto que Hernán Levy haga el curso de técnico y dirija él?

¿Basay o el que venga, aguantará que se metan en la cancha y en la banca?

Por: Luis Marambio I.
@luchom