Un 5 de mayo de 1991, Colo Colo lograba el mayor hito de su historia, consagrándose campeón de la Copa Libertadores tras derrotar a Olimpia de Paraguay, hazaña que ningún otro cuadro nacional ha podido hacer.

En la ida, los dirigidos por el croata Mirko Jozic no pudieron marcar diferencias en suelo paraguayo, igualando sin goles. Sin embargo, en la vuelta disputada en un Estadio Monumental repleto, los albos sacaron a relucir su chapa de grande y derrotaron 3 a 0 a Olimpia con doblete de Luis Pérez y otro de Leonel Herrera.

En una edición especial por el aniversario de los 30 años de la obtención de la Libertadores, en DaleAlbo creamos una sección acerca de cómo vivieron nuestros lectores esta semejante hazaña. El quinto testimonio es de Elvis Oyarzo, quien sostiene que tuvo una ajetreada pero inolvidable noche.

“Cuando Colo Colo clasificó para la Copa Libertadores 1991, compré a crédito mi primer TV color de 14 pulgadas pensando que algo hermoso quería ver en ese artefacto. Pero no fue necesario porque todos los partidos locales fui al estadio”.

“En el gran día trabajaba en Independencia y me llevó un colega que tenía auto y que vivía en Marathon. Pasamos a dejar el auto a su casa y en los momentos que estacionaba y con los nervios para llegar pronto hizo una maniobra equivocada y me apretó la mano contra otro auto. Por suerte alcancé a gritar, de lo contrario me habría destrozado el brazo”.

“Así, con dolor y sin poder levantar el brazo ingresamos al estadio. Al primer gol, ya no supe del dolor. Después vinieron más goles, abrazos, saltos y locura total. Al terminar salí del estadio y mucha gente del club regalaba diferentes cosas: logos, insignias, banderines y adhesivo. Con mi dolor solo recibí algunos adhesivos. Tomé la micro y luego de bajarme en Alameda y mientras caminaba hacia independencia comencé a regalar a un mar de gente que caminaba por puente hacia la alameda”.

“Volví a mi lugar de trabajo tipo 12 de la noche, todos celebraban, pero yo conté lo que viví personalmente y en directo. En tanto me bebí dos whiskys y me fui a mi casa donde volví a ver todo lo que ya había vivido, algo inolvidable. La campaña la tengo también anotada en un cuaderno, con cada gol y estadística de este torneo”, finalizó Oyarzo.