Rubén Marcos, conocido como el Siete Pulmones por su incansable despliegue en la cancha, es recordado como un símbolo de Universidad de Chile, marcando época en la década del 60 con el reconocido Ballet Azul, siendo también una de las figuras de la selección chilena en el Mundial de Inglaterra 1966. Sin embargo, pocos saben que en más de una ocasión estuvo a punto de cruzar de vereda y vestir la camiseta de Colo Colo, por sus propios deseos.
Según cuenta Esteban Abarzúa en su libro “Quién es Chile”, todo comenzó en septiembre de 1969, cuando en una entrevista con la revista Gol y Gol, el propio jugador osornino manifestó públicamente su deseo de cambiar de equipo. “Creo que ya cumplí un ciclo en Universidad de Chile. Y el próximo año deseo jugar en Colo Colo. Esa es mi verdad y mi más caro anhelo”, declaró en ese entonces, motivado en parte por la suplencia que enfrentaba bajo la dirección técnica de Ulises Ramos.
Su declaración coincidió con un polémico episodio: fue expulsado al minuto de juego en un partido contra Santiago Morning, disputado el sábado 6 de septiembre, y posteriormente fue multado por la dirigencia azul. Además, el club advirtió que no recibiría recompensa económica pese a la victoria por 2-0. El propio Marcos reconoció que ya estaba explorando opciones: “Como estoy decidido a partir, tomé contacto con colocolinos, repito, extraoficialmente”.
El interés de Rubén Marcos por Colo Colo no era casual. El estilo ofensivo del equipo y el ambiente en el estadio lo atraían. “Me impresiona su barra: ochenta mil personas avivando al equipo, obligan a realizar todo en forma casi perfecta. Es un conjunto de juego de ataque, lo que cuadra casi con mi temperamento. A mí me gusta atacar”, confesaba.

Rubén Marcos con la selección chilena en el Mundial de Inglaterra 1966. | Imagen archivo
Rubén Marcos prefería ser suplente en Colo Colo que jugar en la U
Su divorcio con el cuerpo técnico era definitivo. Incluso comentó que su posición retrasada en ese momento era solo por decisión técnica: “Si ahora juego atrás, es por petición del entrenador, pero yo prefiero ir arriba”.
Pese a ser consciente de la competencia interna en el Cacique, el Siete Pulmones estaba convencido de que podía ganarse un lugar. “Claro, en el Colo Colo puede que esté mucho tiempo en la banca, porque tiene muchos jugadores buenos. Pero es diferente. Aquí estoy porque me consideran algo viejo. Allí sería para ganarme el puesto. Y creo que la primera oportunidad sería para mí”, agregó.
A pesar de sus intenciones, Rubén Marcos siguió una temporada más en Universidad de Chile. En 1971 emigró a Ecuador para jugar en Emelec, regresando luego a Chile para ser campeón con Palestino en la segunda división en 1972. Sin embargo, el anhelo de vestir la camiseta alba persistía.
En el verano de 1973, estuvo nuevamente a un paso de cumplir su sueño. Conversó con Luis Álamos, técnico de Colo Colo en ese entonces (y que lo tuvo en Universidad de Chile), para integrarse al plantel. Las negociaciones fueron serias, al punto que la prensa llegó a anunciarlo como refuerzo del Cacique. Lamentablemente, el acuerdo se cayó en el último momento por diferencias económicas.

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Así quedó escrita una de las historias menos conocidas de nuestro fútbol y que también marcan el Centenario de grandeza del Cacique: Rubén Marcos, un emblema azul, estuvo muy cerca de convertirse en jugador de Colo Colo en dos ocasiones. Una historia que, de haberse concretado, habría cambiado para siempre su legado y el del fútbol chileno.