Uno de los cracks de Colo Colo 1991 y que levantó la Copa Libertadores de aquel año, fue Rubén Espinoza. El tomecino encandiló con su polifuncionalidad, su talento y su exquisito pie en el equipo que dirigía Mirko Jozic y se consagró como uno de los goleadores de esa campaña continental al convertir 5 goles.

La estadía del volante en el Cacique es brillante. Tres torneos de Primera División y dos Copa Chile, se suman a la coqueta de América que se consiguió una noche de 5 de junio. Pese a lo anterior, el ex futbolista también tuvo momentos duros en los cuales no quería saber nada del mundo, sobre todo, después del penal errado ante Vasco da Gama en los octavos de final de la Libertadores del año 1990.

El duro recuerdo de Rubén Espinoza en Colo Colo

En dicho encuentro, albos y brasileños empataron 3 a 3 donde, paradójicamente, Espinoza se matriculó con un golazo de tiro libre y otro desde el punto penal. Con el compromiso finalizado, en la tanda de lanzamientos desde los doce pasos, el jugador de Colo Colo varió en la forma de patear y su tiro, que era el último de la serie fue atajado por el arquero rival.

Así, en charla con el programa “La Previa de DaleAlbo con Valladares”, el campeón de América rememoró dicho episodio y le dio vital importancia al grupo humano que tenía el Popular. “Antes también se daba mucho la sobremesa, después del desayuno, almuerzo, cena, había mucha sobremesa y duraba mucho el tiempo de conversación”, recordó Espinoza.

“Eso te iba fortaleciendo. Salir a caminar en el grupo. Eso te daba a entender lo importante que era el plantel de jugadores, independiente del resultado porque también pasamos momentos malos, como el año 90 después de la eliminación con Vasco da Gama. Ese fue uno de los momentos más duros de mi carrera. Pero ahí tú ves lo que era el grupo. Nos sacamos ese desastre y volvimos a ser el equipo con los objetivos claros”, agregó.

La frustración de Rubén Espinoza tras perder el penal ante Vasco da Gama

El hecho pegó fuerte en el mediocampista. De hecho, Espinoza añadió que, “nosotros somos seres humanos y vivimos de emociones, por eso me aferré a mi familia. Tengo muy claro que, cuando le pego el penal, nunca había visto un estadio tan lleno, pero cuando pierdo el penal nunca había visto tal silencio, fue impresionante. Lo tengo claro porque fue muy duro”.

Posteriormente, confesó que “hubo días en que no salía de mi casa, pensando en que yo era el culpable. Pero ahí viene la parte externa que son tu familia, tus amigos, el plantel. Perdimos con Vasco y ya el domingo teníamos una tarea pendiente, de ganar para salir campeones. Nos planteamos volver a estar en Copa Libertadores para poder luchar por ese objetivo tan esquivo para el fútbol chileno”.

Para terminar, contó que “hasta el día de hoy mis amigos me lo recuerdan siempre. No es una anécdota porque fue una etapa muy dura para mí, pero siempre voy a agradecerle al plantel, quienes fueron súper generosos. Uno vive de emociones, de cariño, y se agradece el reconocimiento hasta el día de hoy de los hinchas”.

La historia es conocida. Colo Colo quedó eliminado de aquella edición de la Copa Libertadores y, un año después, el propio Rubén Espinoza estaba dando la vuelta olímpica junto al trofeo continental tras derrotar a Olimpia en el Estadio Monumental.

Revisa la entrevista completa de DaleAlbo a Rubén Espinoza