Ya está todo dicho y hay que comenzar a hacerse la idea de lo que será la extraña visita de Colo Colo a Coquimbo Unido por la fecha 28 del torneo. Lamentablemente la autoridad decidió que el duelo se jugase sin hinchas visitantes, esto a pesar de las opciones matemáticas que tiene el Cacique de sellar el título en el Francisco Sánchez Rumoroso.
Además, desde la Delegación Presidencial se solicitó que no se realice ninguna ceremonia premiación si es que los albos logran el empate necesario para bajar la estrella 33, teniendo que guardar los festejos para el duelo ante O’Higgins por la fecha 29 en el Monumental.
Si los cálculos dan y Colo Colo grita campeón en Coquimbo, será la primera vez en la historia del fútbol chileno que un equipo se consagre monarca sin la presencia de sus hinchas en el estadio, esto claro, sin considerar los partidos con recintos vacíos durante la pandemia de coronavirus.
Lo más cercano a esto fue lo que se produjo el 5 de diciembre del 2015, cuando Colo Colo no pudo jugar en Playa Ancha por los desmanes ocurridos entre las hinchas del Cacique y de Santiago Wanderers.
En esa ocasión, sin jugar y con el Elías Figueroa ya desalojado, los albos se quedaron con el título gracias a la derrota de Universidad Católica ante Audax Italiano en La Florida. Claro, acá fue un hecho aislado y extra futbolístico.
Lo preocupante acá es que históricamente en Chile ha tenido peso que la hinchadas visitantes tengan su espacio en los diferentes estadios de fútbol, esto independiente de la chance de que un equipo pueda ser campeón. Es más, cuando se trata de equipos de provincia y los llamados “chicos”, no han tenido problemas en destinar casi todo su estadio para el rival que lucha por campeonar.
Así por ejemplo se vio en el 2001, cuando Audax Italiano fue al Estadio Nacional para que Santiago Wanderers llene el recinto de Ñuñoa con sus hinchas al estar peleando por el título, o con Huachipato que partió al Ester Roa en el 2017 cuando Colo Colo tenía la primera opción de ser campeón.
Ni hablar de los torneos cortos con playoffs, donde en varias finales la visita terminó por quedarse con la copa en algún recinto repleto de hinchas locales. Pese a todo, ahí estaba siempre un puñado de fanáticos visitantes para festejar.
Habrá que ver que postura se toma de acá en más por parte no solo de los clubes, sino que también de la autoridad, quienes al tener fuera de control el fenómeno de la violencia en los estadios, optaron por lo más sano: dejar afuera a los visitantes.