En una jornada plagada de emociones en el Estadio Monumental, Carlos Caszely vivió una jornada que, posiblemente, nunca olvidará. Después de varias gestiones y meses de trabajo, se instaló la estatua en su honor y él fue el encargado de darla a conocer.
En una ceremonia dirigida por el Club Social y Deportivo, a la Rucallegaronsu familia, amigos de la vida, figuras de Colo Colo y además algunos hinchas que no quisieron perderse esta instancia que quedará marcada a fuego en la historia alba. Así, con un discurso de Edmundo Valladares, se dio el vamos al evento.
La emoción de Carlos Caszely
Desde un principio se pudo observar a un Carlos Caszely bastante conmovido. Entonando el himno de Colo Colo al borde de las lágrimas, el Rey del Metro Cuadrado inundó de emoción el recinto cuando se levantó a entregar sus palabras. Recordando a su amigos, compañeros de profesión, directores técnicos, tuvo palabras para María de los Ángeles Guerra, su fiel compañera de mil batallas y que este año, lamentablemente falleció producto de un cáncer. Ahí fue cuando el ídolo no pudo más y dio rienda suelta a las lágrimas bajo un espontáneo aplauso de los asistentes.
Luego fue el turno de Óscar Plandiura, el encargado de realizar esta escultura. En su alocución, el artista destacó la importancia de Carlos Caszely, no solo en lo deportivo, sino que también en lo social y político de nuestro país. Es que, la imagen elegida para que figure en el sector Oceáno, es una icónica celebración con el puño en alto, en una clara muestra en contra de la Dictadura que imperaba en Chile durante esos años.
Todo lo cerró Axel Pickett. El afamado escritor colocolino se paró en el escenario y comenzó a recitar un discruso cargado a la emotividad. “Cuando el Chino Caszely” es el título del texto que fue dado a conocer en una especie de microcuento y que se llevó los aplausos del público presente.
Así, llegó el punto cúlmine de la jornada en que Óscar Plandiura, Edmundo Valladares y don Carlos Caszely se pusieron de pie, se acercaron a la estatua que estaba tapada al lado de la de Chamaco Valdés y le sacaron el manto. La emoción del Chino era evidente y, boquiabierto, se quedó mirando fijamente por unos segundos, la estatua en honor a su gran historia en Colo Colo.