Mañana comenzará el Torneo de Clausura y Américo Gallego iniciará “su” Colo Colo, ya armado por él y, por ende, sin excusas, con un 4-2-3-1, el sistema que le resultó de buena manera en el primer semestre hasta el partido con Santos en Santiago (el mejor del Cacique en este pálido 2011) pero que poco a poco se vio mermado por lesiones, ausencias, dudas y, sobre todo, falta de jerarquía.
Así dispondrá el Tolo a los 11 que chocarán ante Santiago Wanderers con la salvedad de que podría ir Mauro Olivi por Lucas Wilchez:
¿Qué ofrece este sistema? Ganar el mediocampo en el fragor de una lucha por la pelota y a un Osmar Molinas como único hombre centralizado para la recuperación. ¿Y Millar? Se descolgará constantemente en búsqueda del ataque, lo mismo que los tres que estarán delante de él.
Ventajas: Poblar el mediocampo y llegar con pelota prolija y dominada al área rival si hay entendimiento de los hombres en la zona de volantes. Seguridad defensiva.
Desventajas: Que el delantero (en este caso Gutiérrez) naufrague entre las marcas si los que están detrás de él no abren espacios y arrastre hombres.
Sin embargo, también baraja otras opciones, como la siguiente:
Sí, el clásico 4-4-2 y con un Mauro Olivi (o Lucas Wilchez) viniendo mucho más de atrás como lo hizo en algún momento en Audax Italiano. Ahí ha venido entrenando con Gallego en Colo Colo. También puede ofrecer una variante 4-4-1-1 muy clásica hoy por hoy que permitiría a Esteban Paredes engancharse a buscar pelotas, como lo hacía en Santiago Morning. Gutiérrez saldría damnificado.
Ventajas: Férreo cerco que pondría “barricadas” constantes al arco rival. Buena utilización de bandas y centros de calidad al tener jugadores de buen pie en esas posiciones.
Desventajas: Que el equipo quede “cortado” si no se producen los relevos en los enganches de manera adecuada y pocas variantes si no se descuelgan con orden los hombres por los costados y el segundo volante de contención.
Una más: el clásico esquema utilizado en el campeonato argentino del 4-3-1-2, del famoso rombo en el medio. Y en Colo Colo sería así:
Este dibujo permitiría tener a los seis refuerzos en cancha y con las variantes correspondientes en la banca.
Ventajas: Buen toque de balón por todos los sectores del campo y más variantes en ofensiva.
Desventajas: Si el rival gana el mediocampo, el asunto se puede complicar. Además, para jugar así, se necesita un enganche más clásico que genere, que pueda recibir de espaldas, girar y meter un pase gol, cosa que puede hacer Paredes pero no es su especialidad. Acá se requiere un “maestro” en esa posición.
Una última opción sería el 4-2-2-2, pero es poco probable. ¿Por qué? Porque a todas luces, Boris Rieloff no será lateral derecho sino volante. Pero se vería así:
Ventajas: Múltiples variantes de ataque, lo que puede generar muchas sorpresas para el rival.
Desventajas: Dejar descubiertas las bandas. Si se descuelga Rieloff y nadie le hace el relevo, puede aparecer un hombre libre por ese sector.
¿Otra? Claro. Con los jugadores que hay, Gallego podría alinear con un 3-4-1-2 pero no posee tres centrales rápidos (todos, tiene máximo dos en Toro y Vilches) ni un especialista para ser el 10. Además, el Tolo no gusta mucho de este sistema táctico y rara vez varía de los cuatro en el fondo.
¿El ideal en la mente del DT? Sería éste, con Gutiérrez y Wilchez esperando su oportunidad en el banco: Olivares; Toro, Scotti, Vilches y Jerez; Molinas y Millar; Rieloff, Paredes y Olivi; Muñoz.
Ojo a las variantes: en vez de Toro pueden jugar Ormeño o el Chapa Fuenzalida, quien también asoma como el recambio natural de Boris Rieloff en la línea de tres volantes ofensivos. Seguramente Gutiérrez cederá su puesto en el 11 estelar a Muñoz, aunque también podrían estar juntos.
Y no descartar en lo absoluto rotación en el arco. De no ser que Olivares tenga actuaciones consagratorias, difícilmente Castillo terminará todo el año en el banco sin una oportunidad. Prieto quedó totalmente relegado.
Y tú, amigo colocolino: ¿Por cuál sistema te inclinas?