La noche del 5 de junio de 1991 será recordada por siempre. En el Estadio Monumental, Colo Colo enfrentaba a la historia y tenía la opción de coronarse campeón de la Copa Libertadores. Luego de un empate sin goles en Paraguay, el Cacique recibió a Olimpia con la misión de hacer gritar a las más de 66 mil almas que estaban en las tribunas y a todo un país que estaba unido por el mismo propósito.

Y así fue. El conjunto de Mirko Jozic fue contundente en el campo de juego, corroborando que su travesía continental no fue mera casualidad. Es que los Albos mostraron un tremendo nivel durante aquella competición, cuestión que fue acompañada por supersticiones y las cábalas que instauraron en todo el plantel.

Las numerosas cábalas de Colo Colo campeón de la Copa Libertadores 1991

Uno de los jugadores más cabaleros del equipo era Daniel Morón. El Loro no dejaba nada al azar y, sagradamente, repetía sus rituales en días de partido. Por ejemplo, todo empezaba en la mañana en el desayuno. En dicha instancia, el arquero no hablaba con nadie y se dedicaba a leer el diario a la orilla de la piscina del hotel de concentración, sin importarle si llovía o no.

Además, no dejaba que los utileros se encargaran de su indumentaria. Además de hacer costumbre el color amarillo, el portero usaba calzoncillos rojos y nadie podía tocar sus guantes. Él era el único que los preparaba y limpiaba para el partido que venía. Junto con todo lo anterior, una vez que se estaba dentro del terreno de juego, pisaba todas las líneas del área y, en el arco, saltaba para tocar el travesaño con los codos.

La sopa de Caracol

Quizás la cábala más conocida es la del popular tema que fue un hitazo gracias a Colo Colo 1991. El canción “Sopa de Caracol” del grupo Banda Blanca, se hizo una obligación en el camarín antes de cada partido. Con los parlantes a todo volumen, el “watanegui consup” se hizo tan popular, que el grupo musical fue invitado al Festival de Viña de 1992.

Otra de las grandes costumbres que tenía dicho plantel es la caravana que formaban para llegar al Monumental. Cada uno se iba en su vehículo particular por las calles de Santiago hasta llegar al recinto de Macul para enfrentar el partido que correspondía.

Una vez en el estadio y, cuando el equipo saltaba a la cancha, en la salida del túnel los esperaba el paramédico Carlos Velásquez. El Garra se instalaba en la salida del túnel encargándose que todos los jugadores le golpearan fuertemente la mano, en la cual tenía la imagen de una Virgen de Lourdes, para entrar bendecidos al campo de juego.

Una última cábala apareció en la final. Luego de derrotar a Boca Juniors en la semifinal, la dirigencia de Colo Colo solicitó al cuerpo de Carabineros de Chile que, para el partido ante Olimpia, asistiera el mismo contingente policial. Así, los funcionarios asistieron al Estadio Monumental, acompañados del famoso perro Ron.