Colo Colo siguió con esa sana costumbre de ganarle a Universidad de Chile en los Superclásicos, quedándose con la edición 192 tras vencer en el Estadio Fiscal de Talca por 3-1 gracias al doblete de Juan Martín Lucero y otro tanto de Leonardo Gil.

Con este triunfo los dirigidos por Gustavo Quinteros lograron sumar tres puntos de oro que permiten estirar ventajas en el liderato, sobre todo considerando que los escoltas más cercanos perdieron en esta fecha 20 del Campeonato Nacional 2022.

Sin embargo, esta nueva victoria alba sobre los azules comenzó a fraguarse desde mucho antes, en la semana previa al pitazo inicial por parte del árbitro Piero Maza.

Todo comenzó cuando por fin se confirmó que el partido se iba a jugar en el Estadio Fiscal de Talca, esto luego de una desgastante búsqueda por parte de la U por una ciudad que quiera recibirlos para hacer de local y hasta una manito de la ANFP para recibirlos.

Al ratificarse el recinto de la Región del Maule, una de las medidas exigidas para que albos y azules pudieran jugar era que el Cacique concentrara en Curicó, a 67.1 km distancia del Fiscal de Talca, lo que se traducía en una hora de viaje para llegar al estadio.

Ahí fue donde en los pasillos del Monumental se adelantaron a la jugada, ya que al saber que había varios recintos posibles donde jugar, se optó por realizar reservas en diferentes hoteles de Chile. Así, Colo Colo tenía guardado un hotel en Concepción, Chillán y hasta en Antofagasta. Y claro, en Talca también.

Cuando por fin se confirmó que se jugaba en el Maule rápidamente los albos oficializaron la reserva en el Hotel Diego de Almagro, adelantándose a la autoridad y a la misma Universidad de Chile, que debía partir a Hotel Casino para concentrar previo al partido.

“Estamos organizados desde hace algún tiempo para concentrar en Talca, viajamos el sábado y concentramos ese día. No nos acomodaría en lo absoluto que sea en Curicó, espero que se respete lo organizado. No nos han pedido ningún cambio”, avisó Alfredo Stöhwing, presidente de Blanco y Negro, cuando se oficializó que se jugaba en Talca.

Con esto, el Cacique se aseguró quedarse a solo unos minutos de distancia del estadio en su bus, mientras que la U tuvo que hacer un viaje de casi media hora desde su lugar de concentración.

 

Una movida que está lejos de ser la respuesta final al triunfo de Colo Colo sobre los azules, pero que demuestra dos cosas claves en esta clase de compromisos: los clásicos se comienzan a jugar desde mucho antes y se ganan dentro y fuera de la cancha.