Durante su etapa con mayor protagonismo en Colo Colo, Cristóbal Jorquera tuvo que convivir con varias frustraciones como los títulos que se le escaparon al equipo ante Everton el 2008 o Universidad Católica el 2010, así como la agónica eliminación por Copa Libertadores ante Cerro Porteño el 2011.
En conversación con DaleAlbo, el Ángel de Macul recordó el dolor que le provocó primero el partido donde se cae ante los ruleteros en Viña del Mar, donde apenas pudo jugar ya que se recuperaba de un desgarro.
“Dan ganas de matarse. Tenía 19 años, ese primer semestre jugué muchísimo, jugué la copa, me pasó un tema de un desgarro que me tuvo la última parte del semestre entre que jugaba y no jugaba. Teníamos jugadores muy ganadores, que venían de los cuatro campeonatos anteriores. Se nos escapó en 45 minutos, imagínate como era la vuelta en bus a Santiago”, narró.
“En la final con Everton por un maldito desgarro jugué con los justo los últimos 20 minutos, y perdí el pentacampeonato. Lucas Barrios había venido seis meses a Colo Colo. Era como una despedida para él, después de ese campeonato íbamos a hacer una comida, terminamos metiéndonos en la raja todo lo que íbamos a hacer, pero fue una enseñanza”, añadió sobre esa final.
Tras irse a préstamo el 2009 a O’Higgins, Jorquera volvió a Colo Colo un año después y comenzó a agarrar protagonismo al mando de Diego Cagna. Individualmente fue uno de los puntos más altos del equipo, pero no bastó para alzarse con el título y es algo que hasta hoy le duele.
“Era un campeonato que me había ganado la titularidad, la había tenido muy difícil, porque tenía a Macnelly Torres compitiendo, aprendí mucho, me había ganado el puesto. No pude jugar por lesión con el Shago Morning, fueron o dos partidos y enredamos puntos. Quizás hubo un exceso de confianza el 2010”, reconoció.
De todas maneras, le quitó responsabilidad a Diego Cagna por lo ocurrido. “Es una culpa compartida, no se puede echar la culpa al técnico si los jugadores juegan. Íbamos siete puntos arriba, me quería matar, cuando pasó esa situación, como estaba lesionado, no podía ayudar en la cancha. Era un apoyo moral y veía como se iba escapando. Eso del fútbol te va dejando, enseñando, y por suerte las viví muy joven”.
Pero otro momento que no saca de su cabeza fue la agónica eliminación por Copa Libertadores ante Cerro Porteño, partido donde anotó un golazo que alimentó la ilusión del equipo. “Ese partido con Cerro Porteño en la vuelta también es para matarse. Necesitábamos un empate, fuimos el único equipo que le ganó al Santos. Teníamos un equipo muy bueno. Miralles-Paredes, Wilchez, yo”, recordó,
Tras la derrota, el volante relató que el ambiente “parecía un funeral al final. Pasamos de ir ganando 2 a 0 muy merecido, donde arrasamos, a que nos hagan un gol antes del descanso y otro al inicio del segundo tiempo. Teníamos equipo para competir, no te digo que íbamos a llegar a la final, pero podría haber pasado cualquier cosa, le ganamos al Santos de Neymar, después que pasan las cosas, uno dice que hubiese pasado. Son experiencias que sirven para lo que viene”, completó.