Si hablamos de ídolos en Colo Colo, rápidamente, podemos nombrar a David Arellano, Chamaco Valdés, Carlos Caszely y a Marcelo Barticciotto. Barti, desde que se calzó la indumentaria del Popular, se impregnó de lo que significa ser del Cacique y ha llevado con hidalguía el escudo durante toda su vida.
Su carrera en Macul estuvo plagada de éxitos, incluyendo, una Copa Libertadores en el año 1991. Su sitial en el Eterno Campeón no se discute y, ejemplo de aquello, fue la cantidad de gente que llegó al Estadio Monumental un 11 de enero del año 2013 para darle la última gran ovación como futbolista. El 7 del pueblo, decía adiós al fútbol con su amado indio en el pecho.
El recuerdo de Ricardo Dabrowski de Marcelo Barticciotto
Corría el año 1988, cuando un joven argentino proveniente de Huracán llegó a Macul. Se trataba de Marcelo Pablo Barticciotto Cicaré quien, de inmediato, comenzó a marcar diferencias en el terreno de juego y en el ámbito humano. Por eso, sus compañeros lo recuerdan con cariño. Es el caso de Ricardo Dabrowski, el delantero que también se consagró como campeón de la Copa Libertadores, no quiso quedar ausente del recuerdo y tuvo palabras para el ídolo del Popular.
“El recuerdo que uno tiene de Marcelo es el mejor. Cuando él se incorpora, vino con toda esa juventud, esa inexperiencia, pero a su vez el respeto con el cual se incorpora y de inmediato es un aporte para el equipo. Tal es así, que se ganó la titularidad muy joven y tuvo un rendimiento superlativo con el equipo. Él marcó y quedó en el inconsciente colectivo de la gente como uno de los grandes ídolos de la historia de Colo Colo”, señaló el Polaco.
Es que la trascendencia de Barti es tal, que el otrora goleador afirmó que “hay un antes y un después en ese puesto. Es el 7 del pueblo y, a su vez, es un tipo que lo podrías ver en cualquier parte del mundo porque tiene una capacidad futbolística impresionante. Pero más allá de eso, destaco la calidad humana de Marcelo. Lo quiero mucho, él lo sabe, siempre tenemos la posibilidad de estar comunicados y uno sigue el día a día de él. La verdad es que ha pasado un tiempo ya desde que no ha jugado, en lo profesional por ahí termina, pero en lo humano que es lo más importante, prevalece”.
Para finalizar, contó que “hay un montón de anécdotas, algunas se pueden contar, otras no, pero siempre se tiene el mejor de los recuerdos de él desde el primer día que llegó hasta que colgó los botines. La relación sigue, se mantiene y el afecto también. Lo mejor de lo mejor para él. Todos los reconocimientos se los merece por sobre todas las cosas”.