Iván Zamorano puede no haber sido el jugador más fino en la cancha, ni el más vistoso, tal vez no sería protagonista de videos skills de Youtube, pero muy pocos tenían su corazón para jugar al fútbol.

Su capacidad goleadora y magnífico juego aéreo son inolvidables, pero por sobre todo su enorme liderazgo que erizó la piel de millones de chilenos que disfrutaron con el retorno de la Roja a los mundiales en 1998.

Quizás no sea integrante de la denominada Generación Dorada del fútbol chileno, pero era un líder que no tenía ateos en el medio.

Colocolino declarado. Probablemente muchos no le perdonan que haya decidido pasar por México antes que el club de sus amores, pero el tenía el espaldarazo para hacer lo que quisiera, pues desde Elías Figueroa que un jugador no dejaba el nombre de Chile en el primer mundo del fútbol.

En el Real Madrid tuvo que luchar contra un técnico que no lo quería y una prensa castigadora con el sudamericano. Pese a la adversidad no sólo se hizo un hueco en la oncena, sino que fue el máximo goleador de una de las ligas más fuertes del mundo.

Decide venir a Colo Colo en su peor momento institucional y no desentonó, considerando el discreto nivel que tenía el plantel del 2003. Quizás, si no era sancionado por 11 fechas por su agresión a Carlos Chandía, lo hubiéramos gozado seis meses más

Un ejemplo de valor que supo hacerse conocido en el mundo entero por su corazón y liderazgo indiscutido. Puede no ser parte de la época de gloria de Colo Colo, pero es un ídolo nacional que merece nuestra gratitud.

Feliz cumpleaños Bam Bam Zamorano.