La generación 2002 de Colo Colo, es una de las que más expectativas han generado al club en años. Son una serie competitiva, llena de talento y en todos los puestos, al punto que tiene nueve convocados para el Mundial sub 17 con la Roja.

 

Uno de sus jugadores más promisorios es su capitán Vicente Pizarro, hijo de Jaime Pizarro. Es un volante mixto todo orden, equilibra tácticamente al equipo y maneja los dos perfiles.

Su principal virtud es la cobertura técnica, es muy difícil quitarle la pelota, es muy bueno en la recuperación y casi siempre toma las mejores decisiones, siendo un valor que da muchas soluciones a su equipo.

 

Es por eso que en Colo Colo no perdieron el tiempo y aseguraron a su joven promesa haciéndole su primer contrato profesional, algo que pone feliz a cualquiera, pues es el inicio de su sueño de ser futbolista.

Es por eso que los padres de Pizarro querían celebrar este hito, algo a lo que el volante se negó rotundamente, ya que considera que todavía no ha conseguido algo que valga la pena festejar.

Entiende que esto es paso a paso, que recién podrá celebrar algo cuando suba al primer equipo, se consolide y salga campeón siendo importante. Desde muy joven demuestra una madurez tremenda y no es precipitado. Pese a su corta edad, tiene una actitud profesional que debe ser imitada.