Los músculos sufren a diario tensiones, tanto por la práctica deportiva como por los malos hábitos de postura, por lo que se requiere una buena flexibilidad, que es la capacidad de desplazamiento que tiene una articulación a través de una amplitud de movimiento completo, sin complicaciones ni sentir dolor.
Ojo, que no se debe confundir con la elongación, que es la capacidad que tiene un tejido para aumentar su longitud cuando se somete a una fuerza, pudiendo volver a su estado original sin problemas.
Lo importante es tener en cuenta que un buen entrenamiento de flexibilidad ayuda a aumentar los rangos de movimiento, prevenir las siempre molestas lesiones musculares (gracias a que disminuye la rigidez muscular) y mejorar el rendimiento deportivo, entre otros beneficios, lo que permitirá practicar fútbol de manera más segura y óptima.
Lo recomendable es elongar siempre después de cada calentamiento y al finalizar el entrenamiento o el partido. Para facilitar la elongación se pueden usar objetos que estén a tu alrededor, como bancas, árboles o paredes, e incluso pedirle ayuda a algún compañero. Cada ejercicio debe durar cerca de 30 segundos y se debe evitar exigir al músculo más de la cuenta, porque se pueden producir lesiones.
Fuente: Clínica MEDS