Colo Colo está a punto de cerrar su segundo refuerzo para la temporada 2026 y el nombre que más ha tomado fuerza en los últimos días es el de Joaquín Sosa, defensa central uruguayo de 23 años que llega procedente del Bologna de Italia y que estuvo en la calidad de préstamo en el Santa Fe de Colombia.
Sosa mide 1,89 metros, es zurdo y tiene un físico naturalmente imponente para la defensa. Su altura, potente presencia aérea y solidez física lo hacen un jugador ideal para competir en duelos tanto terrestres como por arriba, especialmente en partidos intensos y con mucha disputa.
Además de jugar como defensa central, puede desempeñarse como stopper o incluso como lateral izquierdo, algo que suma una versatilidad táctica interesante para los esquemas que podría presentar Fernando Ortiz en el Cacique.
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Joaquín Sosa, más que sólo un defensa fuerte
Sosa no es solo un defensor de fuerza bruta: su inteligencia para leer el juego y anticiparse a las jugadas ha sido destacada desde sus etapas en el fútbol uruguayo. Sabe posicionarse bien para interceptar y también para hacer uso de su cuerpo y timing en situaciones de uno contra uno.
Sus estadísticas en Colombia con Independiente Santa Fe muestran que es un jugador con frecuencia en duelos ganados, especialmente aéreamente, y que mantiene cantidad de despejes y bloqueos importantes por partido, aportando solidez a la línea defensiva.
Una de las características que más destaca en Sosa es su capacidad para jugar desde atrás. Con formación en Nacional y experiencia en Europa y América, Sosa ha demostrado una muy buena salida de balón y una notable habilidad para iniciar ataques con pases largos y progresivos desde su propio campo, algo que encaja con la idea de un equipo que busca construir desde la defensa.
Si finalmente se concreta su llegada al Cacique, Sosa llegaría no solo como un refuerzo de peso para la defensa, sino también como un defensor moderno, capaz de combinar fuerza física con salida limpia y visión de juego. Su zurda es una herramienta valiosa en esquemas que buscan posiciones más fluidas y transiciones rápidas desde atrás, algo que podría complementar a los defensores y volantes de Colo Colo.
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Con apenas 23 años, Sosa representa una apuesta con proyección de crecimiento en el club, y su llegada puede marcar un nuevo sello en la retaguardia albo: más juego desde atrás, competitividad en duelos y presencia en las pelotas paradas.
