Un 5 de mayo de 1991, Colo Colo lograba la mayor hazaña de su historia, consagrándose campeón de la Copa Libertadores tras derrotar a Olimpia de Paraguay, algo que ningún otro equipo nacional ha podido replicar.
En la ida, los dirigidos por Mirko Jozic no pudieron sacar ventajas en suelo paraguayo, igualando sin goles. Sin embargo, en la vuelta disputada en un Estadio Monumental lleno, los albos sacaron a relucir su categoría y derrotaron 3 a 0 a Olimpia con doblete de Luis Pérez y otro de Leonel Herrera.
En una edición especial por el aniversario de los 30 años de la obtención de la Libertadores, en DaleAlbo creamos una sección acerca de cómo vivieron nuestros lectores esta semejante hazaña. El primer testimonio es de Wilfredo Sepúlveda, quien señala que “en estos 30 años aún no siento y vivo una alegría como la de esa noche”.
“Ese día 5 de junio de 1991, mi despertar fue diferente. Desayuné y me fui al colegio donde tenía un compañero boliviano, que cuando jugaba Colo Colo al término de cada partido me llamaba a la casa y decía “no creo que ganen la Libertadores”, por lo que esa mañana le dije que “hoy seremos campeones”.
“Veníamos saliendo hace poco de una dictadura, mucha pobreza y pocos televisores, esa noche me senté junto a mi madre, hermana y hermano, frente a un televisor, además de una radio que era mi cábala, sintonizaba Radio Cooperativa donde relataba el gran Nicanor Molinare y comentaba Raúl Hernán Leppé”.
“Semanas antes de la final en mi dormir soñé que veía a un jugador que metía dos goles, por eso tenía la convicción que esa noche levantaríamos la Copa Libertadores, terminando el partido entendí mi sueño. Ese jugador era Luis Pérez. Cuando el árbitro brasileño pitó el final del partido, pasaron muchas imágenes y recuerdos por mi mente, el robo de la final del 73, año del golpe y de la muerte de muchos sueños y vidas, la alegría de cuando recibí en una navidad mi primera camiseta del eterno campeón. Grité, salté, lloré, y recibí el llamado de mi compañero boliviano, que dijo: te felicito, lo lograron”.
“Mi padre más menos a la hora de terminado el partido llegó de su trabajo, nos abrazamos y lloramos de la alegría y 28 años después nos dimos ese último abrazo donde nos dijimos todo lo que nos amábamos. Hoy mi padre no está con nosotros, desde ahí nace esta historia. A las nuevas generaciones, les digo en estos 30 años aún no siento y vivo una alegría como la de esa noche del 5 de junio, gracias a mis padres por haber nacido y a Colo Colo por existir”.