Un 19 de abril de 1925, nació Colo Colo. Producto de la rebeldía de los jugadores que salieron de Magallanes, siempre fueron liderados por David Arellano, quien encontró en Juan Quiñones, a un fiel amigo y escudero que lo ayudaba a difundir las ideas del profesionalismo en el fútbol chileno.
Cuando salieron rumbo al Quitapenas, un 4 de abril de 1925, jamás se les pasó por la mente que, el club que estaban a poco de fundar, sería el más importante en la historia de nuestro país. Y claro, en sus sueños, siempre estuvo la idea de ir más allá en el deporte, sobre todo, con su formación de profesores de por medio. El sueño se cumplió.
La amistad entre Quiñones y Arellano se remonta a su época de estudios donde, además de compartir la institución, eran compañeros de equipo. Luego, representaron al gremio de profesores en la cancha a lo largo de distintos partidos y, por supuesto coincidieron en Magallanes antes de comenzar con la historia alba. Toda una vida juntos, casi, literalmente.
Es a finales de 1926, con la popularidad que está comenzando a ganar el Cacique, que consiguen el permiso para hacer una gira por América y Europa, la cual se programa para comenzar el 2 de enero de 1927. No irán todos, ya que algunos de los miembros fundadores se quedarán en Chile para seguir organizando partidos y jugar con un segundo equipo de Colo Colo. Con todo, uno que no podía quedar fuera del plantel viajero, era Juan Quiñones.

La tumba del fundador de Colo Colo, Juan Quiñones, en Constitución. | Imagen: DaleAlbo.
La gran pena de Juan Quiñones tras fundar Colo Colo
El destino, a veces es muy cruel. A finales de noviembre de 1926, tras un partido en el que Colo Colo ganó por 8 a 0 a Primero de Mayo, todos parten felices a sus casas. Sin embargo, al otro día la noticia los golpea por completo. Según dio a conocer Esteban Abarzúa en su libro “Quién es Chile”, Juan Quiñones está hospitalizado por una fractura en su pierna izquierda, tras un desafortunado accidente al tratar de tomar locomoción para devolverse a su casa a la salida del estadio.
Eso no fue lo peor, sino que el diagnóstico terminó de clavarle el último puñal: Se pierde la gira y, además, puede que nunca más juegue fútbol. Y acá viene su gran pena. Si bien es probable que se mantuvieran en contacto e, incluso que se hayan visto en un par de ocasiones después, lo cierto es que el 2 de enero, no mucho después de su accidente, Arellano se embarca en el vapor Venezuela rumbo al norte.

ver también
Pocos lo saben: El desconocido gesto de amor que tuvo Juan Quiñones con Colo Colo
Ellos no lo sabían, pero nunca más se volvieron a ver. A pesar de que, pudieron existir algunas cartas entre los protagonistas, nunca más lograron compartir y disfrutar juntos del gran club que fundaron. Quiñones se perdió los últimos días de su gran amigo y tuvo que sufrir, a miles de kilómetros, el fallecimiento de don David Arellano, quien dejó la vida en la cancha en aquel partido frente al Valladolid.