La mañana del viernes el DT de Universidad de Concepción e histórico de Colo Colo como Miguel Ramírez recibió una lamentable noticia: su padre Miguel Ángel Ramírez falleció a los 82 años.
Cheíto pudo despedirse de él tras viajar en el primer vuelo desde el Bío Bío a Santiago, una vez se enteró que su papá quedó hospitalizado tras caerse y fracturarse en su casa mientras se vestía.
En entrevista con Las Últimas Noticias, Ramírez no ocultó el dolor que siente, y confesó que aún no asimila su partida: “Estoy en la primera etapa del duelo, todavía no lo puedo creer […] Ya no me salen lágrimas, estoy deshidratado de tanto llorar. Son procesos, no me puedo contener”, dijo.
“Me acompañó en mi primera vuelta olímpica, era colocolino”
Al recordar a su padre, fue consultado sobre la importancia que tuvo en su exitosa carrera futbolística, donde consiguió entre otras cosas la Copa Libertadores, la Recopa y la Copa Interamericana:
“Mi papá me apoyó siempre en todo lo que quería hacer, pero me pedía que sacara buenas notas, que fuera responsable y que lo pasara bien. Me llevó a probarme a Colo Colo y había más de 350 niños en el Monumental. Me dijo ‘aquí tienes una linda prueba, tienes que ir a ganarte esta opción”, reveló el ex futbolista del Cacique.
Agregó que en sus primeros años en Macul siempre tuvo su compañía: “Me acompañó en cadetes, en los partidos del primer equipo y en mi primera vuelta olímpica, por la Copa Chile del 89. Subí a la tribuna y le regalé la camiseta. Era colocolino“.
Por último, detalló en la entrevista los deseos que tenía en vida: No estar postrado cuando debía partir, sino que morir rápido; y que lo cremen para que sus cenizas vayan ya sea a un estadio o al mar. Cheíto Ramírez indicó que le cumplirá su deseo en este último lugar, específicamente en San Antonio, ya que ahí solían pescar jureles en el muelle antes de freírlos y comerlos.