Miguel Riffo es un ejemplo de superación en el deporte, ya que se convirtió en futbolista profesional a pesar de nacer con la enfermedad pie bot, y de convivir con constantes lesiones y operaciones en sus piernas, particularmente en sus rodillas. El talentoso zaguero comenzó su carrera en Colo Colo, donde estuvo más de una década en el primer equipo ganando un total de siete trofeos, y pudo ser su única camiseta de no ser por un último paso en Santiago Morning.
Es el ídolo de Arturo Vidal por todo el trabajo que tenía que hacer para jugar al fútbol, sobre todo en el exitoso periodo de Claudio Borghi entre 2006 y 2007. El hoy entrenador de fútbol conversó con Gonzalo Fierro para el podcast Soy de Fierro, y habló sobre su relación con el Bichi, que fue clave para alargar su carrera cuando llegó Eterno Campeón:
“Él cuando llega me dice ‘Miguel, mi equipo parte contigo, pero sé que estás lesionado, llevas varias operaciones, hablé con los doctores y preparadores físicos para un plan de entrenamiento y no vas a entrenar en la cancha, sacaremos el impacto para que estés bien el fin de semana y alargar tu carrera'”, recuerda Riffo sobre el primer diálogo con Borghi una vez el argentino asumió como DT de Colo Colo.

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El día en que Miguel Riffo hizo llorar a Claudio Borghi en Colo Colo
Claudio Borghi ha manifestado en varias ocasiones que le tiene un cariño inmenso a Miguel Riffo, por su talento pero sobre todo por superar las adversidades para ser futbolista profesional. Incluso desde antes de ser DT de Colo Colo ya era amigo del defensor, a quien tenía la confianza de tratarlo de “cojo”.
En la entrevista con Fierro, Riffo recuerda que estuvo a punto de poner fin a su carrera, antes del tetracampeonato y la final de la Copa Sudamericana a pesar del plan que Borghi le realizó cuando llegó a Colo Colo: “A mitad del año 2006, no juego los play-off de la final con la U porque me rompo los meniscos de la rodilla derecha, y yo quebrado entero (llorando). Sentía que era la última operación y que me iba a retirar, que no iba a seguir jugando fútbol”.
“Cuando el doctor (Roberto) Yáñez me dice que me rompí el menisco y me tenía que operar, voy donde Claudio, me encierro en el camarín con él y todo el cuerpo técnico, y le empiezo a agradecer: ‘Claudio muchas gracias por la ayuda. Lo único que quiero es agradecerte por la ayuda y el cariño’, y cuando estoy hablando le digo ‘no sé si me voy a recuperar de esta operación de meniscos’ y me pongo a llorar emocionado“, expresó sobre lo que le dijo al entrenador en el vestuario de Colo Colo.
“Le doy un abrazo al Bichi y él me miraba llorando, y disfruté ese momento porque me mataba y me molestaba, y ahí lo vi súper conectado y emocional, sentí esa conexión. Después de esa charla me dice ‘Miguel recupérate tranquilo, serán 3 o 4 meses pero cuando te recuperes vas a volver a jugar. Cuando te den el alta, entras al equipo titular y no sales más’. Ahí me motivé, al otro día me opero y vuelvo a entrenar”, añadió sobre ese emotivo momento.

Claudio Borghi con Miguel Riffo y Gonzalo Fierro en Colo Colo el año 2007 | Foto: Photosport
El divertido diálogo de Gonzalo Fierro con Miguel Riffo
Luego de escuchar a Riffo, y en particular la frase “entras al equipo titular y no sales más”, Gonzalo Fierro inició un divertido diálogo con su excompañero de Colo Colo: “Después de 20 años me vengo a enterar que me saqué la mierda entrenando para ser titular, y el señor Miguel Riffo entrenaba un día y era titular indiscutido, o se lesionaba y ya en tres meses más tenía el puesto asegurado. Me tenía que acostar temprano para ganarme un puesto, y tú estabas asegurado”.
“Entrenabas lunes, martes, miércoles y jueves en gimnasio, viernes (fútbol) reducido, y jugabas el sábado; y Fierrito el lunes correr, martes correr, miércoles correr…“, agregó el Joven Pistolero en su “reproche” a Riffo por el trato especial que recibía al no poder entrenar en la semana en las canchas como el resto de jugadores.
Miguel Augusto se defendió de esa crítica en tono de broma de Fierro: “Tenía una preparación distinta, tenía que entrenar en el gimnasio y en la piscina, ¿y después quién era el mejor?“. El entrevistador cerró todo con un apretón de manos y dándole la razón: “Usted compadre”.