El Colo Colo de Claudio Borghi quedó en los corazones de todos los hinchas albos. Y eso pese a que no pudo coronar su campaña como merecía: con un título internacional.
El 13 de diciembre de 2006 eso se pudo dar tras una fabulosa Copa Sudamericana. La final fue con Pachuca y, al ritmo de un Matías Fernández descollante y un Humberto Suazo que no perdonaba, el equipo del Bichi empató 1-1 en el estadio Hidalgo quedando con la primera opción para la vuelta.
El recibimiento fue espectacular aquel día en el Estadio Nacional (el Monumental estaba suspendido por una pierda que tiraron en la llave con Gimnasia, en cuartos de final). Tanto, que Fernando Niembro, que en ese entonces era el gran rostro de FOX Sports, manifestó que todo el resto quedaba “a la altura de un poroto” con lo que se veía en Ñuñoa.
En el partido, el Cacique partió ganando con golazo de Chupete pese a que dominaba Pachuca. Pero el cansancio y el no cerrar el mediocampo pasarían la cuenta: en el segundo tiempo, Gabriel Caballero y Christian Giménez pusieron el 1-2 que se transformaría en irremontable.
La gente se quedó a aplaudir a sus jugadores cuando recibieron la medalla de plata, mientras que el fallecido portero colombiano, Miguel Calero, levantaba la Copa Sudamericana. Un día inolvidable, más allá del resultado.