Marcelo Fabian Espina llegó en 1995 como uno de los principales refuerzos de Colo Colo. Dentro de su curriculum figuraba el ser capitán de la selección argentina y haber utilizado, ni más ni menos, la camiseta 10 que por años vistió Diego Armando Maradona.

Pocos partidos le bastaron a Espina para transformarse en uno de los jugadores favoritos de la hinchada, alcanzando la consolidación en el Superclásico ante Universidad de Chile donde anotó dos goles en la victoria 3-0 ante los azules. Desde aquel día la figura del Cabezón dejó de pasar desapercibida en el Monumental.

Con Gustavo Benítez en el banco y figuras como Marcelo Barticciotto, Emerson Pereira, José Luis Sierra, Pedro Reyes, Fernando Vergara, Ivo Basay, entre otros. El Calamar comenzó a tomar jineta y poco a poco se fue transformando en referente de un plantel que se coronó campeón del torneo nacional en 1996, 1997 y 1998, también ganó la Copa Chile y alcanzó semifinales de la Copa Libertadores y Supercopa Sudamericana.

Dos momentos en la carrera del volante argentino están marcados a fuego en la hinchada del Cacique, ambos en 1996, el primero en el ámbito local cuando en la semifinal de la Copa Chile los albos enfrentaron a la U en el Nacional. En aquel partido, Espina anotó un golazo de pelota detenida y luego tomó el banderín del córner para celebrar junto a la hinchada en la galería norte del estadio nacional. El segundo, fue en la Supercopa Sudamericana, cuando a través de una volea anotó el golazo con el que dejaron en el camino a Flamengo para clasificar a la semifinal del torneo internacional.

Marcelo Espina, también tuvo pasos por el Monumental como entrenador y gerente deportivo donde los resultados no se pudieron igualar a su carrera como futbolista. Sin embargo, su condición de ídolo para la hinchada no se borra. ¡Feliz cumpleaños cabezón!

Marcelo Espina en su última etapa en Colo Colo | Foto: archivo