Finales del año 2001, Sebastián Rozental se duchaba en los baños del Estadio Monumental, con shampoo en el pelo, de repente el agua deja de correr de manera repentina. El recinto de Macul ya no tiene agua, la cuenta está impaga. Tampoco hay dinero para la luz. Y la sede de Cienfuegos 41 está tomada debido a que la Institución no ha pagado las remuneraciones de sus funcionarios.
El equipo más popular de Chile había tocado fondo, el caos se apoderaba de la institución y no había dinero. A finales del 2001, salió a la luz pública una solicitud de bancarrota para el Club Social y Deportivo Colo Colo.
Nada pudo evitar la dolorosa situación que se vivió un día como hoy pero de 2002, en donde llegaba uno de los momentos más tristes en la historia de Colo Colo: La jueza Helga Marchant declaró al equipo más grande del país en quiebra, por una deuda cercana a los 30 millones de dólares.
El actual presidente del Club Social y Deportivo Colo Colo, Edmundo Valladares, comenta que “La quiebra fue impulsada desde el poder político y empresarial, facilitada por un Club muy mal administrado, frágil económicamente y con poca participación real de los socios/as”.
Desde ese instante, asumió la administración del club el síndico Juán Carlos Saffie, quien tenía gran trayectoria en quiebras de empresas. El cual tenía el desafío más importante de su carrera: sacar de la ruina al equipo más importante del país.
Pese a lo oscuro que era el panorama en ese entonces, Colo Colo siguió siendo competitivo en el Campeonato Nacional. En donde afloró lo mejor de la cantera, complementados con jugadores experimentados identificados con el club como Marcelo Pablo Barticciotto, Marcelo Espina, Manuel Neira, Héctor Tapia y Sebastián González. Los dos últimos partieron y así se pudo hacer caja. Así, 14 de los 21 jugadores de ese plantel eran formados en casa.
Liderados por Jaime Pizarro, Colo Colo pudo bajar la estrella 23, una de las más emotivas y recordadas de su historia: Campeones en la quiebra. La cual también pudo “maquillar” el desastroso momento institucional que vivía el Cacique en ese entonces.
Este trágico suceso, trajo consigo la llegada de Blanco yNegro para controlar los destinos de Colo Colo, quienes administran el club hasta la actualidad.
Edmundo Valladares, afirma que“lo que ha venido después desde Blanco y Negro no ha sido mejor. Ni en los peores momentos estuvimos peleando por mantener la categoría como ahora, la deuda fiscal ha crecido casi 4 mil millones en estos años de concesión, y el desarraigo entre la administración del fútbol profesional y la gente que le da sustento es total”.
Además, afirmó que “estamos convencidos que este modelo de sociedad anónima ya no dio, ya no cumplió ninguna de sus promesas, y es tiempo de que Colo-Colo vuelva a sus socios/as, con amplia participación y con los controles necesarios, pero con democracia”.