Justo Villar dejó huella en Colo Colo. El paraguayo ganó dos títulos nacionales y una Copa Chile con el más grande. Además en los clásicos dejó tres momentos imborrables: la atajada a Roberto Cereceda en el 3-2 del Apertura 2013/2014, el tapadón a la chilena de Rodrigo Mora en el Clausura 2013/2014 en el 1-0 y el penal que contuvo a Patricio Rubio en el Apertura 2015/2016, que terminó en triunfo 2-0.
Sobre su gran encuentro en el 3-2, recordó que le faltó poco para abandonar la cancha: "Cuando tuve una pequeña molestia, me preguntaban si quería salir 'no, en un clásico jamás'. A veces la emoción, el no pensar bien, hace que uno siga no estando al 100 por ciento. Esas cosas te las da un clásico. Por ahí es una irresponsabilidad si uno no está bien, puede dar el lugar a otro mejor, pero en ese momento no lo pensé. Me tocó ser parte de ese festejo del banderín de Felipe Flores", dice en conversación con DaleAlbo.
Al clásico siguiente, en la recordada estrella '30', Villar tuvo una atajada de dos puntos a Rodrigo Mora, en una chilena en los últimos minutos de partido ¿Cómo lo hizo para sacar el balón? El guaraní revela su método.
"Estar atento y reacción, era una jugada muy cercana, tenía el arco a disposición, donde saliera iba a salir fuerte el tiro. Atiné a estar cerca de mi arco, para que cuando reaccionara, tuviera más tiempo de sacarla. La pelota no salió muy lejos de mi, pero salió rápida, pero atiné a sacarla".
Además recuerda que en ese encuentro estuvieron un buen rato con 10, tras la expulsión de Claudio Baeza a los 66': "Estábamos con uno menos, el poder vivir eso después todo lo que vivimos, quedó en la memoria de la gente tanto que me lo recuerdan siempre".
Villar se refirió a que nunca trató de celebrar tantos sus aciertos, pero confesó que el penal que atajó a Patricio Rubio lo hizo estallar en euforia: "No me gustaba tanto exteriorizar en la cancha. A veces me paso un poco, cuando celebro tanto en una cancha, pareciera que estoy queriendo sobrar, lo disfrutaba por dentro, pero no lo exteriorizaba tanto. Cuando atajó el penal, quería salir gritando y dar la vuelta olímpica, pero en frente tenía un rival. Tengo respeto a ellos y el partido aún no terminaba".
"Ese fue el mejor partido que me tocó jugar en Colo Colo. Hay una jugada que pega en Leo (Cáceres) y se desvía. 'Hoy no entra, hoy tengo todo el culo que necesito para que no entre el gol' decía después de eso. El partido fue muy bueno para mí y para el club. Me tocó esperarlo bien, porque sabía que él miraba cuando pateaba, había elegido el penal, pensaba que podía patearlo ahí. Ever Almeida me decía 'el arquero tiene pocas chances de atajar un penal, cuando acierta un lugar lo tiene que atajar, porque lo más difícil es acertar'", cerró.
