Durante la tarde de ayer, lunes 26 de agosto, uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol nacional, anunciaba su retiro. Con 41 años, Claudio Bravo, el Capitán América, como fue reconocido, tomó la decisión pública de colgar sus guantes. El ahora ex futbolista tuvo una destacada carrera, donde destacó en la Selección Chilena, en el exterior, pero también en Colo Colo.
El cuadro más importante del país fue el encargado de formar a quien para muchos se transformó en el mejor portero de Chile. Si bien sus comienzos en el profesionalismo fueron complicados, en el Cacique le entregaron la confianza para que siguiera defendiendo el pórtico colocolino. En un par de años, Bravo ya demostraba condiciones al resto, donde en el año 2006, sin duda llega su peak con los de Pedrero.
El meta, que por aquel entonces ya había debutado en La Roja, se hizo con el arco colocolino en un equipo que comenzaba a brillar. En aquel cuadro colocolino diversos nombres comenzaban a destacar, entre los que se encontraban Jorge Valdivia, Matías Fernández, Humberto Suazo o Gonzalo Fierro. En el Apertura de aquel año, los Albos fueron el mejor equipo de la Fase Regular, completando 40 puntos tras 18 encuentros disputados. A la vez, eran el equipo más goleador, por escándalo, con 54 dianas y uno de los menos goleados con 22 tantos.
Eso sí, serían en los Play Offs, donde Bravo se convertiría en la gran figura y héroe de un equipo que destacaba por su juego ofensivo. Los Albos dejaron en el camino a Unión Española y Universidad de Concepción. Así, el Cacique llegaba a una nueva final nacional, tras casi tres años de ausencia y donde el rival era nada más y nada menos que Universidad de Chile, el clásico rival.
La serie ante la U, guardaría para el portero y el hincha colocolino un recuerdo que atesorarían para toda la vida. Si bien la ida fue favorable para el Eterno Campeón con un intratable Fernández, la vuelta se la quedarían los Laicos por la cuenta mínima. Así, todo se definía desde los lanzamientos penales.
Claudio Bravo entró a la historia grande de Colo Colo
La definición tendría un dramatismo único. Matías Fernández y Marcelo Salas comenzaban con buenos lanzamientos, mientras que Chupete Suazo aventajaba a los Albos. Y es en ese momento, donde se comenzaría a escribir una leyenda de Bravo en los penales, donde años más tarde sería el encargado de entregarle sus primeros títulos a Chile.
El meta formado futbolísticamente en Macul le taparía el disparo a Hugo Droguett, el Popular parecería encaminarse a una nueva corona y desplegar los festejos y celebraciones por todo Chile. Pero, al instante siguiente, Miguel Pinto atajaría el remate de Luis Mena, por lo que todo se transformaba en expectación en lo que sucedería.
Las 61 mil espectadores que se encontraban en aquel 2 de julio en el Nacional y las millones de personas que desde sus hogares o bares estaban a segundos de presenciar un hecho histórico. El colombiano, Mayer Candelo, se paró frente al balón definió a lo Panenka, con un Bravo que se encontraba en el piso. Pero, el meta no se rindió y desde el suelo se levantó para realizar una tapada que quedó para siempre en la historia colocolina. De ahí en más, el guardameta le entregó total confianza a sus compañeros, que tras los tantos de Fierro y Miguel Aceval, le darían a Colo Colo la estrella 24.
La ovación y el deseo del hincha
En aquel entonces, Claudio Bravo ya se encontraba vendido a la Real Sociedad. Aquel fue su último partido en Colo Colo, donde la hinchada del Cacique le cantó hasta el último minuto “Bravo que te vaya bien, Bravo que te vaya bien”. Quien tiempo después se transformaría en el capitán de la Generación Dorada tuvo una destacada carrera en Europa, pasando por clubes como el Barcelona o el Manchester City. Así, logró un total de 18 títulos con clubes europeos, más los de la selección y los que consiguió en el Popular.