La derrota de Colo Colo ante Ñublense dejó tranquilidad en el ambiente. Cuerpo técnico, dirigentes e hinchas sienten que lo mostrado por un equipo mayoritariamente juvenil es positivo y puede marcar un precedente en la carrera de los jóvenes futbolistas que debutaron en el profesionalismo.
Uno de los debutantes fue Dylan Portilla, jugador de 17 años, que llegó hace largos años a radicarse en la Casa Alba. “Aún estoy emocionado. Es gigante el sacrificio que hay detrás que cada niño y que llegue un momento así es espectacular. Nosotros somos de Coquimbo y desde que Dylan llegó a vivir a Santiago, hace seis años, viajo cada dos semanas a visitarlo. Me gusta que sienta que su familia está ahí. La última locura que hice fue ir a verlo desde la calle, afuera de la Casa Alba por el protocolo Covid, pero quería verlo, aunque fuera de lejos. Él está convencido de sus metas, la tiene clara. Ojo con la generación 2004, que viene potente”, aseguró Cristián Portilla, padre del futbolista en conversación con LUN.
“Dylan jugaba en una escuela de fútbol por Coquimbo Unido y llegó a la final en Santa Inés, sector de La Serena, ante Unión Española. Terminó el partido y se me acercó Agustín Salvatierra, me contó que Lizardo Garrido quería hablar conmigo. El Chano lo miró y le dijo qué haces tú acá. Tú tienes que estar en Santiago y coordinamos un viaje”, agregó.
La emoción del padre alcanzó su punto máximo, entre jueves y sábado, cuando supo que su hijo podía debutar en el primer equipo del Cacique. “El jueves en la noche me escribió que debía estar temprano al otro día con el plantel porque parece que iba a jugar. Esa noche no dormí. Después estaba la nómina que viajaba con 24 jugadores, luego eran 20 y para el partido solo iban a estar 18. Hasta que me mandó la foto del camarín con el canasto, me escribió: papito, voy a la banca; y me puse a llorar de emoción. Era mucha la felicidad”
Al finalizar confesó cómo festejaron en familia el debut de Portilla. “Yo ya no estoy con su madre, pero nos juntamos en la casa de sus abuelitos maternos. Estaba su mamá, Alejandra Torres, su hermana Scarlette, la abuela Pachy, el tata Toco, tíos, primos y varios repartidos en otras casas. Estamos todos felices. Los conocidos estaban expectantes, también los vecinos. Siempre tuve esa esperanza de que iba a jugar. Él usa la 14, es su número preferido, yo jugaba con ese dorsal y ahora lo invirtió y debutó con el 41”, expresó orgulloso.