Cuando hablamos de Colo Colo, rápidamente, se nos viene a la cabeza la rica historia que tiene el club más grande de Chile. Pero no solo eso, sino que también, a la gran leyenda David Arellano que, en un acto de rebeldía, fundó el club, sin saber que se convertiría en el equipo más popular y con millones de hinchas a lo largo y ancho del país.
No obstante, su propia historia, lamentablemente, terminaría de escribirse un 3 de mayo del 1927. Fue a varios kilómetros de distancia que hay entre Chile y España, específicamente en la ciudad de Valladolid, donde don David Alfonso Arellano Moraga, dejaba este mundo luego de padecer una compleja enfermedad.
El futbolista de aquellos tiempos perdió la vida producto de una fuerte peritonitis, la cual se produjo por un rodillazo en el abdomen durante un partido amistoso que disputaba con Colo Colo en lo que fue la primera gira de la institución por Europa, enfrentándose ante el Real Unión Deportiva.
Con tan solo 24 años y en la que, a pesar de su corta edad, logró tener una larga vida vinculada al mundo futbolístico considerando que, en un acto revolucionario con 17 años, dejaría Magallanes para fundar lo que hoy en día es Colo Colo, una de las instituciones más grandes del continente sudamericano.
Su último partido como profesional fue ante el mencionado club español un 2 de mayo del 1927, donde el Cacique se impuso por un contundente seis a dos en el marcador, pasándole por encima al Real Unión Deportiva, quienes aprovecharon la instancia para pedir una revancha horas después, duelo que terminó con una igualdad de tres a tres.
Ahí es donde el gran David Arellano tiene que abandonar el terreno de juego debido a un fuerte golpe que recibió por uno de sus rivales, y que, lamentablemente, no volvería a pisar una cancha de fútbol, debido a que horas más tarde, se concretaría su fallecimiento, que lo llevaría a ser una leyenda para la institución.
Los hinchas de Colo Colo recuerdan con cariño a don David Arellano como el máximo ídolo del club, quienes tratan de seguir sus importantes legados traspasando el amor, cariño y admiración por estos colores negro y blanco, y el orgullo que tiene el pueblo albo de llevar, a todos los rincones del mundo, el indio en el pecho.