Con el correr de los partidos, los jóvenes formados en Colo Colo se van ganando su espacio, donde uno de los que está comenzando a mostrar credenciales es Vicente Pizarro. En la victoria 3-2 sobre Palestino, el joven volante de 18 años repitió titularidad por segundo partido consecutivo y de a poco comienza a ganarse la confianza de Gustavo Quinteros.
Hijo de una leyenda del club como Jaime Pizarro, siempre fue considerado como uno de los futbolistas más prometedores de las series menores albas. Es un volante mixto sinónimo de orden, equilibra tácticamente al equipo con buenas decisiones, maneja los dos perfiles y es muy difícil que pierda balones.
Su progreso será interesante de ver y muchos hinchas comienzan a pedir más minutos para el Kaiser. En tanto, desde el club ya están en conversaciones para extender su vínculo y mejorando sus condiciones.
Sin embargo, Pizarro no se precipita, lejos de marearse con los elogios o los minutos que le da el cuerpo técnico, se mantiene centrado. Una virtud que muestra desde muy joven y también desde el día que firmó su primer contrato.
En aquella ocasión, sus padres querían llevarlo a celebrar el primer gran hito en su prometedora carrera, pero el volante se negó rotundamente. Para muchos, firmar su primer vínculo significa una alegría, pero el jugador no estaba conforme, sentía que no había logrado nada que valiera la pena festejar.
Entiende que esto es paso a paso y recién querrá celebrar cuando cumpla sus metas: consolidarse en el primer equipo y salir campeón siendo importante, al igual que su padre.
